¿Destino?

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En una fría noche en Seúl, un pequeño ángel se encontraba bajando las escaleras mientras se tallaba los ojitos con una mano y con la otra sostenía un osito blanco vestido de princesa.
Hacía la madera de los escalones rechinar por sus pequeños pasos traviesos al bajar.

- ¿Tampoco puedes dormir, cariño? - preguntó su abuela regalandole una mirada llena de calidez y amor.

El niño de largos cabellos rubios negó con la cabeza mientras hacía un pequeño puchero. Su pequeño rostro siendo iluminado por la luz resplandeciente de la chimenea.

- Ven aquí cielo - la señora palmeó su regazo y el niño subió para quedar de frente con su abuela - ¿Quieres que te cuente una historia?

El niño sonrió tiernamente mientras asentía y se acomodaba mejor en el regazo de la adorable mujer.

- Un anciano que vive en la luna, sale cada noche a conocer a los recién nacidos y ata un hilo rojo a su dedo meñique, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan-la señora pasó unos cabellos del niño atras de su oreja mientras le sonreía - No importa lo que pase, el destino te llevará a tu alma destinada.

- Pero ¿y se rompió? hace unos días me caí en la escuela mientras corría - dijo el niño esperando la respuesta de su amada abuela.

- El hilo que une a esas almas que están destinadas a encontrarse puede contraer, tensar o enredar pero jamás se romperá, Hannie, no temas - la señora sonrió para su nieto y él le regaló tambien una tierna sonrisa.

                             ♡

- Mamá, ¿Regresarán para navidad? - preguntó un pequeño azabache jalando el vestido de su madre.

- No creo, pero tu nana prometió hacerte galletas y ayudarte a abrir los regalos - Dijo su madre bajando hasta quedar a la altura del niño.

- Cuentame una historia antes de que te vayas - el pequeño niño tomó la mano de su madre y la llevó hasta su habitación.

Subieron las escaleras y pasaron por el poco iluminado pasillo.
El niño al llegar a la puerta de su habitación se puso de puntillas y abrió la puerta.

- Eres todo un caballero Joshua - la joven mujer entró a la oscura habitación que solo era iluminada por la gran ventana que daba vista a la playa de Los Ángeles - La luna se ve hermosa hoy ¿no crees? - preguntó la mujer acercándose a la ventana de cortinas blancas.

- Tú eres mas hermosa, madre- dijo el niño parándose junto a su madre, abrazandola de las piernas - Algún día construiré un cohete y viajaré a la luna solo para decirle que no es tan hermosa.

- No, por favor, no creo vivir sin ti en este mundo - la linda mujer acarició el cabello de su hijo.

- ¿Me cuentas la historia? papá te vendrá a buscar para que duermas con él y no te dará tiempo - el pequeño niño alzó la mirada para encontrar a su madre viéndolo con ternura.

- De acuerdo, no queremos que el ogro venga por mí - la mujer cargó al niño y lo llevó a la gran cama.

- Papá es un ogro - dijo el niño entre risas, acomodándose bajo las sabanas.

- No le digas que le dije así, se molestará y nos hará cosquillas - dijo la dulce mujer.

- La historia madre - apuró el niño ansioso por escuchar la historia que le contará su madre.

- Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Este empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente-terminó la mujer.

- ¡El bebé era su destinada! - dedujó el pequeño que escuchó la historia muy atentamente.

- No grites, ya es hora de dormir - la mujer se acercó a su hijo y le dió un beso en la frente.

- ¿Quién gritó así? - entró a la habitación un hombre alto de cabello negro.

- ¡El ogro! - gritó el pequeño con una sonrisa mientras se ocultaba bajo las sabanas de su cómoda cama.

- ¿A quién llamas ogro pequeño travesuras? - preguntó el hombre mientras se sentaba en la esquina de la cama e intentaba hacerle cosquillas a su hijo.

- Ya dejalo, tenemos que irnos en unas horas - le dijo la mujer a su esposo con su suave voz.

- De acuerdo, me debes una batalla pequeño - el hombre alborotó el cabello del pequeño.

- Adiós, los veo en año nuevo - dijo el niño viendo como sus padres se iban de su habitación.

El hilo rojo - Jihanजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें