El hilo rojo - Jihan

Epílogo

Jeonghan.

- ¡¿Podemos ir mas lento?! - Pregunté mientras subíamos aquella cima.

- ¡No podemos, llegaremos tarde! - Me dijo Chenle mientras corría por delante de mí.

Joshua sonrió y bajó un poco para caminar junto a mí mientras tomaba mi mano y la entrelazaba con la suya.

- ¿Quieres que te cargue? - Me preguntó con una sonrisa.

- No, solo estoy un poco cansado. - Le di un beso en la mejilla y después recargué mi cabeza en su hombro.

- ¡De prisa! - Exclamaba Chenle. - ¡ya casi es hora!

Chenle ya tenía dieciséis años pero su energía nunca se iba, había crecido convirtiéndose en una persona amable y muy linda, era como nuestro angelito. Se me dibujaba una sonrisa en el rostro al ver aquel chico, recordar cuando apenas era un niño pequeño que me había enamorado con una sonrisa.

- ¡Ya vamos! - Le gritó Joshua.

Cuando llegamos a la cima, Chenle ya tenía todo listo, había puesto la manta sobre el césped, la canasta de comida la llevaba yo, tenía su cámara colgando de su cuello y nos miraba impaciente.

Joshua y yo nos sentamos y saqué la comida de la canasna mientras ellos armaban el telescopio. Podía escuchar una que otra pelea por alguna pieza mal colocada.

- ¡Ya es hora! - Chenle sonrió al sentarse junto a nosotros en la manta para observar el cielo.

Ese día fue la lluvia de estrellas más hermosa que había visto en mi vida, estaba con mis dos personas favoritas en un lugar de paz y tranquilidad. Las estrellas pasaban rápidamente por el cielo pintado de naranja por la tarde mientras la noche llegaba, el sol y la luna se encontraban en el mismo cielo.

- ¡Miren! - Nos llamó nuestro hijo desde el telescopio. - ¡Vengan!

Joshua me extendió su mano para que la tomara e ir hacía el telescopio.
Bajé a la altura del lente y vi la maravilla natural del espacio, sonreí inconscientemente al ver el cielo.

- Cariño, tienes que verlo. - Le dije a mi esposo mientras lo acercaba de la mano. Joshua miró por el telescopio cerrando un ojo.

- ¡¿Verdad que es genial?! - Chenle me abrazaba mientras miraba el cielo estrellado.

- Es hermoso. - Joshua se acercó a nosotros y pasó su brazo por mis hombros.

Estaba maravillado por el sentimiento de paz que había en mí, no había tristeza, pena, nostalgia, nada de eso había, todo desapareció cuando estas dos personas a mi lado aparecieron para hacerme la vida un poquito más dulce.

- Te amo mi ángel. - Me susurró Joshua mientras me dejaba un beso en la mejilla.

- Te amo mi destino.

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Hola.

Este es un epílogo corto pues el final es como un epílogo.

¿Vieron a Joshua en el teaser de «HIT» ?

Voy a morir.

Bye, bye.
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