Recuerdos

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Jeonghan

Como regresamos tarde al hotel me dormí tarde por lo tanto me desperté tarde.

Estaba saliendo del baño cuando escucho que tocan la puerta de mi habitación.

Me termino de vestir y abro la puerta.

Ahí estaba con su típica sudadera gris,sonriente mientras se recargaba en el marco de la puerta.

¿Cuando empezó a sonreir tan bonito?

- Hola. - Me saludó. - ¿Listo para desayunar?

- ¿No sería almorzar? - Pregunté saliendo de la habitación cerrando la puerta detras mio.

- No lo sé, solo vamos a comer. - Me pidió mientras hacía un puchero.

- Bien, vamos. - Dije mientras sonreía.

Subimos al ascensor y bajamos al comedor del hotel.

Hablábamos de cosas rutinarias mientras comiamos.

- Entonces tiré a mi primo por las escaleras. - Dijo terminando su historia.

Tuve que dejar de comer para no ahogarme con el jugo.

En ese momento su telefono sonó mostrando en la pantalla un número privado.

- Disculpa. - Joshua tomó el celular y se levantó buscando privacidad.

Vi como se iba alejando unos metros cerca de la entraba.

Contestó sonriendo aún sabiendo que la otra persona no lo vería pero esa hermosa sonrisa que siempre le veo se transformo en una cara enojada y frustrada que pasó a una triste con lagrimas en los ojos.

Colgó la llamada y caminó hacía mi,cuando llegó a mi lado volvió su sonrisa pero esta vez era una sonrisa triste.

- Lo siento Hannie,no me siento bien, pagaré el desayuno y subiré a mi habitación.

Antes de que yo pudiera contestar ya estaba subiendo el ascensor.

Deje de comer y me paré de la mesa para verificar que estuviera bien.

Cuando llegue a su habitación pegué mi oreja a la puerta pero no escuchaba nada.

Toqué y tampoco recibí respuesta.

Saqué la llave adicional de su cuarto que me había dado él mismo y entré a la oscura habitación.

Estaban las luces apagadas y las ventanas cerradas.

- ¿Shua? - Pregunté cerrando la puerta. - ¿Estás bien?

- Hannie... solo déjame solo. - Pidió con una voz cortada.

Me acerqué a la cama y me senté en la orilla de la cama.

Estaba tapado hasta la cara pero el cabello aún sobresalía.

Hundí mis dedos en su castaño cabello haciéndole mimos.

Entonces comenzé a escuchar sollozos de su parte.

Me acerqué y lo abrazé,así como él en el cementerio.

- Todo está bien. - Le dije limpiando sus lagrimas.

- No lo está Hannie, nunca lo estuvo. - Me decía en susurros roncos como si tuviera miedo de ser escuchado.

Tal vez no quería que sus propios demonios lo escucharan.

- Aquí no está nada bien. - Dijo mientras señalaba su corazón.

- ¿No estás bien conmigo? - Pregunté recordando su propias palabras de la noche anterior.

El hilo rojo - JihanМесто, где живут истории. Откройте их для себя