-Ocho-

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Laila

No sabia exactamente que estaba haciendo, o que haría después de esto. Me arrepentí el hecho de haber montado un escenario en mi casa, de no haber sido así tansiquiera tendría a donde ir.
Suspire. Miles de pensamientos cruzaban por mi mente, asustandome, sin saber como actuar.
Durante todo el trayecto mantuve la cabeza hacia abajo, no podía siquiera mirarlos, mejor dicho no quería hacerlo, en especial a el, que me ponía nerviosa. El ambiente se había tornado en un silencio rotundo desde que le dije mis apellidos a el amigo de Noah, quien se comporto algo extraño desde entonces, haciendome sentir, incomoda.

Nisiquiera me había atrevido a decir ni una palabra mas, solo me encontraba jugando con la tela de mi blusa entre mis manos, acariciandola, intentando calmar estos nervios.

—Llegamos.

Hablo el amigo de Noah de manera cortante, provocando que naturalmente girará mi mirada hacia la ventana, para así poder observar un edificio, o mejor dicho unos departamentos.
Nisiquiera me percate que la camioneta se había estacionado e incluso se encontraba apagada.

—Bien.—Hablo seriamente Noah, a la vez que se bajaba de la camioneta, al parecer el también se encontraba algo...frustrado?

Nisiquiera se ofreció para abrirme la puerta de la camioneta; por lo que dude si debía seguirlo. Acto seguido su amigo se bajo y me abrió la puerta diciendo:

—Vamos.—Extiendo su mano para que la tomara—Descuida, el talvez puede ser un poco grosero, pero te juro que no lo hace de mala intención.

No muy decidida tomo su mano y salimos del vehículo. Camina un poco delante de mi y le sigo el paso.

Miro cada detalle del lugar. Es fino, elegante, claramente algo que yo no podría pagar.

¿Pero como el ha podido generar todo esto en tan poco tiempo?

Subimos por el elevador, en todo momento me mantuve callada, pues no tenia nada que decir. Solo íbamos nosotros dos por lo que este breve trayecto se estaba volviendo mas incomodo.
Ya una ves fuera de este el se detiene.

—El departamento de Ian, es este.

Apunta a una puerta que esta situada enfrente de mi, cuyo numero es #345.

Asiento levemente.

—Si necesitas algo, puedes hablarme, ¿tienes celular? ¿Puedes prestarmerlo para darte mi numero?

—Am...

Depronto recuerdo como mi celular acabo totalmente destruido, y si,todo por mi culpa.

—Yo...no tengo celular.—Termino de decir.

El hace una expresión de confusion.

—¿Enserio?. Bueno, no te preocupes, de todas maneras siempre vengo frecuentemente.

—Igual, tampoco me quedare toda una semana con el, solo sera un dia, asi que estare bien.

El asiente mas noto como sus ojos me atraviesan, como si estuviera examinandome.

—Bueno, tengo que irme. Solo entra, seguro el esta en su habitacion.

—Espera.—Dije antes de que se marchara.—¿Puedo saber siquiera tu nombre?.

El dudo unos segundos.

—Jonathan, me llamo Jonathan, puedes decirme Jon, si gustas.—Concluyo de decir pero se le notaba nervioso, como si no supiera muy bien lo que decia.

Nos despedimos y me dirigo hacia el departamento. Lo abro tal y como me dijo el chico. Y si efectivamente el tenia razon. No se encuentra nadie. Probablemente Noah esta en su habitacion.

Hecho un vistazo a el lugar, no esta nada mal, de hecho, diria que esta...muy bien. Las paredes pintadas de blanco resaltando la luz del lugar, y los cuadros puestos en ellas que hace que se mire...elegante. Me aviento en un sillon relajandome; cuando hice eso me entraron unas ganas imensas de ir al baño.

Me levante y comence a buscar el baño; mas no lo encontre por ningun lado.

Abri las diferentes habitaciones hasta que llegue a una.

A la de el.

Ahi se le encontraba acostado y al parecer dormia placenteramente. Se le veia tan bien asi que no pude evitar acercarme con cautela hacia el. Tratando de no hacer ruido, caminado de puntintas para ser mas cuidadosa.Hasta las ganas de ir a el baño se esfumaron. Me recoste un poco en la cama, evitando incomodarle o que notara mi presencia, el conservo su posicion sin moverse. Lucia tan bello, tan hermoso, como siempre, que inconcientemente acaricie su cara con mi mano de manera dulce. Estaba siguiendo sus facciones, queria grabarlas en mi memoria para siempre; sentia como mi corazon se aceleraba con solo verle. Nose cuanto tiempo habia pasado desde que empece a observarlo mas solo sabia que no quería dejar de hacerlo. Sus labios rojizos resaltaban demasiado, como si estuvieran tentandome o invitandome a hacer algo indebido. Sin poder contenerme mas aproxime mi rostro cada vez mas a el de el; no estaba pensando muy bien en ese momento, solo queria...

Volver a sentir sus labios.

Pero justo a unos centimetros antes de hacerlo el abrio sus ojos; Intente apartarme en ese instante pero el fue mucho mas rápido y me tomo las manos empujandome a lado de la cama, haciendo que su peso cayera sobre mi, impediendome moverme ya que sostenia mis brazos.

—¿Que estabas intentando hacer?

Juro encontrarte.Where stories live. Discover now