-Veintidos-

12.2K 1.2K 121
                                    

¿Sera mejor que vuelva a casa?

La pregunta rondaba en mi mente mientras me encontraba vagando por las calles.

Jon, mejor dicho Draco, me dijo que lo reconsiderará y que era lo mejor para Noah. Pero...una parte de mi quería encontrar otra manera de salvarlo, otra donde no implicará separarme de el....

Pero no era posible.

Me quede en un callejón, me sente en la banqueta y recordé todas las cosas que habían estado sucediendo, entre ellas a Noah, ¿podria olvidarlo y continuar con mi vida?

Nunca. Jamás.

Pero aún así, talvez tendría que hacerlo.

—¿Porque es que estas tan sola?

Escuche una voz hablarme. Me extrañe de encontrarlo una vez más.

—¿Como es que estas en cada parte que yo?.

Samuel sólo sonrió.

—Es...extraño.—Agregue. —El sólo se quedó ahí aún sonriendo. —Mejor dicho tu eres extraño.

Nisiquiera me inmute con su presencia, estaba pésimamente mal que simplemente lo ignore.

—Tampoco tu eres de lo más normal.

Asentí ligeramente.

—Touche.

El se sentó a lado mío.

—¿Porque estas así? ¿Te ocurre algo?

—Mejor dicho, que no me ha ocurrido.

Me quede sin decir nada más. El tampoco lo hizo. Fue un silencio un tanto cómodo.

—Ahora que me acuerdo...¿La última vez querías hablar conmigo?—Le recordé.—¿Sobre que?

—¿Si?—Finge desinterés.—No recuerdo.

Me encogí de hombros.

—Da igual, son demasiadas noticias. No deseo enterarme de más.

Sentí más tristeza al recordar a Julieta, en realidad tenía esperanza a que Max estuviese exagerando, y que ella en realidad estuviera en otro instituto.

Lo que me hacia sentir peor porque, nisiquiera sabía por donde buscarla.

—Se nota que estas muy mal. ¿Segura que no quieres platicarlo?

—Segura. Además, ya tengo que irme, volveré hoy a casa...— Me levante de ahí, el me siguió. Cuando mencione lo de volver a mi casa hice una pequeña pausa.

Ya se me había olvidado pero...¿Como es que el había sabido ese día que ya no estaba con mi padre?

—Espera...aquel día.—El me mira detenidamente.—Tu sabias que yo no estaba viviendo con mis padres, además nisiquiera te lo mencione y te encuentro en cualquier lugar que voy...¿Que clase de acosador eres?

El se queda callado, igual de nervioso como aquel día.

—Di la verdad. Solamente di la verdad.—Exigí.

Estaba cansada de no saber nada de lo que sucedía, de no poder comprender absolutamente nada.

—Creo que tienes razón. Es momento de que conozcas la verdad.—Su expresión cambió seriamente.

Sus palabras me confundieron por lo que lo mire raro.

—¿A que te estas refiriendo?

—Necesito que me acompañes.

Lo miró con un poco de miedo.

—¿Porque?

—Dijiste que querías saber la verdad.

Comienza a caminar y me hace una seña para que le siga. Nose porque pero indecisamente lo hago, y camino detrás de el.

Talvez no es lo correcto y este caminando a algún tipo de trampa pero...no me esta importando mucho, simplemente quiero saber de que va todo esto.

Ha pasado alrededor de media hora.

Caminar y caminar.

Es lo único que hemos estado haciendo desde que fui tras de el. Los pies comienzan a dolerme, debió avisarme que caminaríamos tanto.

—¿No pudimos tomar un taxi?—Cuestione.

—Ya estamos cerca.

Rodee los ojos y seguí avanzando, poco a poco fui reconociendo el lugar en el que nos adentrábamos.

Estábamos en la ciudad.

¿Porque me estaba llevando hacia acá?

¿Cual es la verdad que debo conocer?

El trayecto era silencioso, tanto así que empezaba a arrepentirme de haber venido.
Iba concentrada en mis ideas hasta que choque con Samuel puesto que se detuvo.

—¿Que pasa?—Me moleste debido a que me di un golpe con su espalda.

Levante mi mirada y contemplé donde estábamos.

Era mi casa. O mejor dicho la casa de mi padre.

—¿Que estamos haciendo aquí?—Estaba que no entendía nada.

—Quieres conocer la verdad.—Hizo una pausa la cual me asustó un poco. Todo esto era tan confuso.

—¿Que?

El siguió caminando y tocó la puerta de mi casa.

No tardó unos segundos cuando esta se abrió, quedándose abierta como si nos invitara a pasar.

—Entremos.

Me extendió su mano para que la tomara y así entráramos.

Quise decirle: "Estas loco, ahí te ves" e irme corriendo pero no fue así.

Temblorosamente levante mi mano y tome la suya.

Mientras mi mente me decía:

Si te pasa algo es por mensa. ¿Como se te ocurre seguir a alguien que ni conoces bien?

Pero mi curiosidad era tan grande que sólo respondía con un: Callate, no va a pasar nada.

Trague saliva, era mi casa pero...¿Porqué sentía tantos nervios?

Me adentré en la casa, temerosa a lo que me podría suceder, inclusive cerre los ojos, pero sorprendí cuando no paso nada.

Los abri lentamente y me percarte de que había una persona frente a mi.

Era mi padre.

—Me alegra que estés de vuelta cariño.—Me abraza fuertemente, no le devuelvo el abrazado debido a que estoy muy confundida.—Me tenías tan preocupado.

Observo la casa y noto que al parecer no hay más gente que el y Samuel quien permaneció detrás de mi.

—¿Y Marlene?

El me suelta de su agarre y me observa.

—Ya no esta, aquel día que te insultó y luego te fuiste, comprendí  mi error todos estos años.—Suspira.—Decidi separarme de ella.

Me senti extrañada. Se supone que no quería saber más noticias por hoy pero el estúpido de Samuel me esta confundiendo más.

—¿Ustedes se conocen?.

Preguntó en cuanto observó a Samuel de nuevo.

Mi padre abre la boca no muy seguro de como explicarlo.

—Hay muchas cosas que debes saber hija.

Depronto escuchó como bajan las escaleras a toda prisa. Una chica viene con tanta velocidad y me da un fuerte abrazo.

—¡Por fin estas aquí! ¡Estas bien! ¡No sabes que alivio me da!.

La chica me suelta un poco permitiéndome ver su rostro.

—¿Julieta?

Juro encontrarte.Where stories live. Discover now