¡¿Draco es una sirena?! [Harco]

V. Snape tal vez sepa algo

No supe exactamente a dónde me dirigía, tenía que huir de Snape y encontrar a Malfoy.

Lo que vio no era normal. El agua tenía que ver con sus planes estaba seguro de eso. Busco con la mirada en los pasillos. Nada.

Casi dobla en el último pasillo que daba con el baño pero oyó un sonido seco y húmedo contra el suelo. Como si una masa suave y húmeda callera. Le era familiar pero no sabía de dónde.

Dobló en el pasillo continuo poco a poco. El pasillo era largo y en el final de este vio como una especie de tela azul claro se arrastraba hacia los baños a la derecha. Su vista nunca fue muy buena de cerca sin los lentes, pero de lejos era peor tenía que acercarse de poco a poco para distinguirlo mejor.

Era un azul celestino tan bello, tan claro y brillante que no podría estar imaginándolo. Tenía que ir, tenía que...Una mano en mi hombro me sacó de mi ensoñación. Me jalo con brusquedad y me sujetó de mi cuello con una de sus manos. Sus ojos chispeaban de ira y odio.

—¡¿Qué demonios estás haciendo Potter?!—me recrimino mientras escupía toda su ira en mi cara.

—¿P-profesor Snape?—dije aun aturdido.

—¿Crees que por ser el salvador del mundo mágico puedes hacer lo que se te venga en gana en mi clase no Potter?—siseó lentamente.

—¡Eso que importa ahora! ¡Hay algo en el fondo del pasillo y es...!

—¿Estas insinuando que mi clase no importa Potter?—sus ojos parecieron abandonar la ira roja para ser reemplazada por un negro infinito, vacío, hueco y abrumador. Esos ojos me tragaban como si fuera la misma muerte dándome mis últimos vistazos de mi existencia.

Trague con pesar—N-no señor...l-lo siento.

—No me importan tus motivos Potter, pero esto lo pagarás muy caro. Humillar la autoridad de un profesor frente a todos sus alumnos es algo que se paga y esta vez no te escaparas del castigo porque estas en mi clase y no voy a tener ninguna consideración hacia ti por más que Dumbledore insista.

—P-pe-pero yo...Draco y es que...

—¡Pero nada!—grito dejándome los oídos sonoros y resentidos por el volumen—. Menos cincuenta puntos por desafiar a un profesor, menos otros cincuenta puntos por escapar de clases en mis narices, fregaras los calderos por tres meses y si me contradices será hasta el final del curso Potter, ensayo de dos metros sobre la poción que no te dignaste a escuchar por tu sueño reparador explicando cómo puede ayudarte a ser menos estúpido en mi clase y en la vida.

Sentía que seguiría hasta que quedara satisfecho...si es que existía eso en él. Pero esa tela celeste no dejaba de ser mi prioridad y tenía que insistir.

—Pero usted no entiende, Draco, el pasillo...

El fuerte chirriar de sus dientes detuvo mi hablar. Era tan fuerte que creí que se le rompería uno. Sujeto el cuello de mi camisa ya no con solo una mano, ahora las dos me tenían preso ante su ira. Cada vez apretaba más la tela podía oírla crujir en sus manos y casi tan rápido como el tirón del principio comenzó a agitarme con desenfreno mientras expulsaba palabras llenas de acusación e irritación muy acordes con la situación.

—¿TU-TE-QUIERES-MORIR-EH?—decía por partes en cada agitada que provocaba.

Su zarandeo continúo provocando que me maree y no pensara que tenía que sobrevivir.

—NO-NO ES-ESO-AHH...-ESPERE-QUE DRACO—me agitó aún más—ESTA EN PROBLEMAS...—la mención del supuesto peligro en el que se encontraba el hurón fue suficiente para pararlo en seco y yo respire aliviado, pero no por mucho.