XVII. Potter y el declive de su paciencia

2.4K 205 134
                                    

Potter

Oculte las evidencias con un hechizo. El complejo entramado de pistas y fotos colocado en la pared desapareció entre la madera crujiente. El lizo tapizado relució en la ausencia de todos los elementos de mi investigación.

Me senté algo tambaleante en mi cama y sonreí satisfecho ante mi brillante descubrimiento. Pero sonreí aún más cuando me di cuenta que después de todo, Malfoy y yo teníamos algo en común. Algo que no nos dejaba dormir por las noches cómo añorábamos probablemente. Las tranquilas noches del primer año quedaron atrás y cada segundo que contábamos lo que se nos ocurriera frente al techo de nuestras recamaras, ovejas, estrellas, pequeños merlines, lo que se nos ocurriera, no nos servía.

Bueno eso es lo que suponía ya que contar ovejas nunca llegó a servirme y muy probablemente a Draco tampoco.

Tener parte del alma de Voldemort es insufrible. Por fin tendré algo de que hablar con él... Por fin.

Por fin— dije soltando un suspiro largo.

—¡HARRY!—Grito alguien en mi oído.

—¡AHHH...! —grité también y de la impresión retrocedí y me di contra la vara del catre de la cama. Me di con todo en la parte trasera de mi cabeza. —¡Ouch! —me queje acunando mi cráneo y sobandolo para reducir el dolor.

—¿Pero que demonios Harry? —preguntó Ron con indignación y temor. Prácticamente lo reconocí por la voz tan típica de él.

—¿Qué demonios sucede contigo?—le recrimine— ¡¿Por qué casi me das un ataque cardíaco maldición?!

—Te llevo llamando como cinco minutos y lo único que hacías es mirar a la pared con una sonrisa embobada—dijo preocupado. Luego su rostro paso a la sospecha— ¿En que estabas pensando?

—Nada en particular—dije casual.

—¿Enserio? —preguntó una voz femenina cerca de la entrada.

Mire hacia la puerta y me di cuenta de qué Hermione también estaba allí. Me miraba con los brazos alertas y muy sorprendida.

—No puede ser... ¿Ni siquiera notaste que estaba aquí verdad?— cruzó los brazos recriminandome. 

—Pff... Claro que lo noté, desde que entraste —intente decir con obviedad.

—Harry James Potter Evans...— comenzó Hermione.

—¿Usaste mi nombre completo? Herms...

—...No me mientas—continuó ignorando mi pregunta—, desvías la mirada cada vez que mientes, eres peor que un libro abierto. Así que explícame ahora mismo por qué miras la pared como si fueras Lavender Brown mirando a Ronald en tercer año o te llevo a la enfermería ahora mismo.

Ron me miró de reojo como si me escaneara y a la vez corroborara lo que dijo Hermione.

—Es cierto... Es la misma sonrisa—dijo asustado— ¿Por qué estás sonriendo así? —pregunto con náuseas.

—¿Có-cómo así?— tartamudee con miedo— ¿De que hablan?

—Sonríes como drogado genio— Hermione se detuvo a pensar unos segundos— ... Cómo si te hubieras tomado dos litros de amortenia... ¡AMORTENIA!— Exclamó saltando sobre sus propios pies. — Alguien te dió esa poción... joder, no puede ser.

—¿Qué? —dije como una piedra.

—No puede ser, lo que faltaba—dijo Ron preocupado— Eso explica la sonrisa de idiota perturbado que tenías por cinco minutos sin parar.

¡¿Draco es una sirena?! [Harco]Where stories live. Discover now