Imperfectos Cap.24

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—¡Esto es un campo de entrenamiento, no un club de la pelea! —una voz femenina salió y se escuchó por todo el lugar. Ya se habían tardado en interrumpirnos.

—¿Quién interrumpe mi batalla? —vocifera Dean enojado intentando romper el cubo mágico que lo retenía.

—¿Quién interrumpe mi entrenamiento? —replica la chica caminando hacia nosotros. Su cabello era oscuro y no podía ver bien el color de sus ojos, su nariz era fina y sus labios delgados y rosados, era atractiva y de carácter duro.

—¿Ésto lo hiciste tú? —le pregunté señalando los cubos que me tienen encerrado al igual que a Dean.

—Sí, se llama "magia" —responde de una manera que me provoca coraje.

—Ah, nunca había escuchado de ella —bromeó Dean con sarcasmo y veo cómo a la chica se le muestra una vena en la frente por coraje y también apreta su mandíbula.

Todos los Ángeles Caídos alrededor empiezan a abuchearla por haber detenido la batalla.

—¡Oigan! No me abucheen. Están criticando a la segunda al mando de los Ángeles caídos.

(Así que es ella. Parece de dieciséis, es muy enana)

—Así que tú eres la segunda al mando —digo, estoico.

—Ajá.

—Una niña.

—Tengo veinticuatro.

(¡¿Qué?!)

—Pareces de dieciséis.

—¿Qué edad tienen?

—Treinta —bromea el Demonio Puro.

—Mjm, parecen de veinte. Hay personas que no aparentan de sus edades.

—Sí, sí, ajá. Ahora libéranos —pedí con indiferencia deseando salir de este cubo para no escuchar su chillona voz.

—La reina no los liberará —negó tenaz presumiendo su puesto.

(Puesto que ya no tiene)

—Ya no eres reina —espeto, Azazel ya había vuelto a este mundo.

—Sí lo soy.

—No. Azazel ya volvió y vino con nosotros. Somos sus invitados de honor —a lo que Dean le dice eso la chica se pone pálida y abre los ojos muy grandes.

—¿Mi rey vo-volvió?

—Correcto, y si nos ve aquí encerrados y se entera que eres tú la responsable, no será nada bonito.

En eso la chica nos libera y empieza a temblar de miedo.

—¿Eres una Ángel Caída y le temes? —ni que Azazel fuera tan malo.

—Un poco, pero más si son sus castigos.

—De acuerdo. Nos vamos —Dean se despidió conmigo y empezamos a caminar hacia la salida. Ya nos arruinaron esto y faltaba poco para ponerme de mal humor.

Los Ángeles Caídos empiezan a aplaudirnos.

—¡Son grandiosos!

—¡Héroes!

—¡Entrénenme!

Éso y diferentes palabras de afecto.

—¡Gracias, gracias! Los apreciamos a ustedes —les agradeció egocéntricamente Dean saludándolos por todos lados.

(Parece que ahora le encanta tener fanáticos)

Hasta a mí también me encantaría. Salimos del campo, había mucha gente caminando a los alrededores, más de las que estaban cuando llegamos, la mayoría eran escuadrones; comparado con el Cielo, los guerreros de aquí lucían tener el verdadero espíritu de batalla y actitud bruta para la acción.

Imperfectos © [Completa✔]Where stories live. Discover now