Imperfectos Cap.63

16 2 1
                                    

—No me digas que… ¡¿Ígnel?! —Freud se sorprendió al haberle mostrado la Espada Sagrada, parecía un niño mirando con ansias una paleta dulce.

Estamos en la sala del cuartel de pie hablando sobre la situación mientras Freud examina la espada que encontramos.

—Así es. Luchamos contra Vilder, el Pecado Capital de la Gula, en el Bosque de las Hadas; él la tenía.

—¿Lo acabaron?

—Eso creemos. Le quedaban muy pocos corazones, estaba débil y había sido apuñalado con Ígnel.

—De seguro ya lo está. Otra para la colección.

—¿Cuáles tienen? —deben tener varias Espadas Sagradas guardadas en el Cielo.

—Están Furtín, Ínmortail, Vantore, Gurn y ahora Ígnel. ¡Tenemos la mitad de las Espadas Sagradas! —exclamó con alegría.

—Las cuales nos pueden ser útiles contra los Pecados Capitales.

—Tal vez, tal vez... —dijo eso para que dejara de hacerme ilusiones de llegar a utilizar alguna de las espadas.

—¿Dónde están los tres reyes?

—Desde que volvimos no han llegado. Llevamos tres pecados fuera, Markus, Liena y ahora Vilder.

(Aún no está confirmada su muerte)

—Solo falta acabar con el resto. No permanecen escondidos ahora que saben que los estamos acabando pero tampoco atacan mucho, ahora ya no, ¿acaso esperan algo o es una especie de plan o estrategia contra nosotros?

—¿Y qué tipo de plan? No tienen a nadie que apoye sus macabras ideas. Tal vez no, pero y si fuera así, ¿a quién? Algo debe estar pasando. Por ahora debemos estar en calma también pero no sé si movilizarnos para buscar al próximo para acabar con esto de inmediato o esperar órdenes.

—Algo sí pienso: deben estar desesperados buscando al resto, me sorprendería saber que ellos no saben que sus hermanos están muriendo. ¿Cómo eran ellos en la guerra?

—No logramos verlos nunca en la guerra, justo decidieron escapar cuando vieron que ya no habían Demonios Puros y que ellos serían los próximos contra dos Facciones enteras. No llegaron a destruir partes en las Facciones, a ellos y a los Demonios Puros los mantuvimos distanciados.

—¿Un cambio…?

—No lo creo. Estrategia improvisadas y planes de último momento para hacernos perder la cabeza. Deben estar desesperados porque saben que ya perdieron.

De que no se arrepienten, no se arrepienten. Algo de seguro planean pero para mí que tienen algún apoyo que los respalde.

—Zerje parecía ir en serio y directo sin esperar nada, tal vez cuenten con ayuda de alguien que de seguro les hace pensar sus próximos ataques
—expreso lo que pienso.

—No lo creo, te aseguro que ellos jamás se dejarían guiar y dominar de nuevo como cuando Lucifer. Y si es así, entonces debe ser alguien mayor de poder o mayor de ejército o de otra cosa que se haya dispuesto a ayudar a esos desgraciados.

—Entonces debemos prepararnos para todo. Aún no acaba la guerra, pero la vamos a terminar.

***

—Imposible… ¡Ígnel! —Michael al ver la espada se puso contento como nunca. Él había llegado al cuartel una hora después a ver cómo estábamos.

—Sí. La Gula la tenía guardada.

—¿Sabes lo que significa, Freud?

—¡Sí! ¡Podemos tener más refuerzos en batalla y ésa cosa será demasiado útil para nosotros!

Imperfectos © [Completa✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora