MOMENTOS - I. Malentendidos.

5.1K 423 23
                                    

Alba ha dado muchas veces las gracias al Universo por poder saber de antemano ciertas cosas de su futuro, sobre todo cuando son cosas que pueden dañar su integridad física, como el hecho de que Natalia estuviera a punto de abrirle la cabeza con la guitarra una vez o, en este caso, que casi lo consiga con un tomo ilustrado de Orgullo y Prejuicio que es casi más grande que ella.

Por suerte, Alba cuenta con una libreta parecida a la de Natalia, donde ha ido apuntando todas las fechas que su novia le había ido diciendo durante los años, junto con alguna aclaración, aunque solo en el caso de que fuera necesario para evitar males mayores como, por ejemplo, una brecha entre ceja y ceja. La anotación junto a la fecha de hoy era clara y concisa:

Alba (25) 15/05/2023 - Nat (17) 10/12/2016

Dos meses después del primer beso. Nat estará cabreada. Ojo al libro volador directo a tu cabeza.

Es como si Natalia supiera de antemano dónde iba a aparecer exactamente, porque nada más materializarse en la habitación, Alba apenas tiene medio segundo para agacharse y esquivar el proyectil, que impacta directamente contra la pared que hay tras ella.

-No deberías tratar así a un clásico de la literatura –dice Alba intentando relajar un poco la tensión que se respira en el ambiente.

-Y tú no deberías dejar las cosas a medias –le reprocha Natalia, que le dedica una mirada bastante fría.

-Nat... -la rubia suspira –Sabes que la cosa no fue así.

-¿Y cómo fue, Alba? Porque ahora mismo me siento como una imbécil por creer que existía la más mínima posibilidad de que esto que me está pasando fuera mutuo –en un par de zancadas, la joven se acerca, pero solo para apartar a la otra chica bruscamente, y agacharse a recoger el libro. Después, vuelve hacia el otro lado de la habitación para dejarlo de nuevo en su hueco de la estantería –Si yo lo entiendo, -continúa ahora un poco más calmada, pero sin apartar la vista de los libros –Que me conoces desde que tenía siete años y me debes ver más como a una hermana pequeña que otra cosa, pero joder Alba, que hay momentos en los que juraría que...

Alba, que poco a poco ha visto como la otra chica empezaba a mostrarse insegura y a esconderse tras una fachada de indiferencia, decide acercarse hacia ella y abrazarla por detrás, con el riesgo que ello conlleva para su integridad física.

-Natalia, escúchame bien -le dice con voz serena, dándose unos segundos para encontrar las palabras adecuadas. A la joven se le escapa un suspiro de resignación, y deja que Alba la abrace con más fuerza –En ningún momento, desde la primera vez que te conocí, te he visto como a una hermana pequeña. Es algo que ni se me había pasado por la cabeza. Me da hasta repelús pensarlo.

Natalia, que ya parece más calmada, se deshace del abrazo de la rubia y pone algo de distancia entre ellas, apoyándose contra la estantería y clavando la mirada en el suelo.

-¿Por qué? –pregunta con voz insegura.

-Porque tú puede que me conocieras cuando tenías siete años, pero la primera vez que yo te vi a ti, en mi primer salto, tú tenías veinte y yo quince, y te puedo asegurar que lo primero que se me cruzó por la cabeza cuando se me pasó el susto, no fueron precisamente pensamientos fraternales.

A la joven se le dibuja una media sonrisa en la cara y la tensión, por fin, desaparece por completo, dejando paso a esa familiaridad a la que Alba está más acostumbrada.

-Señorita.., ¿qué me está queriendo usted decir?

-Le digo, joven, que su yo de veinte años va a ser extremadamente sexy y la Alba adolescente estará en pleno proceso de descubrimiento –le contesta la rubia con una risita –Así que suma dos más dos.

Natalia parece analizar las palabras de Alba durante un momento, frunciendo más el ceño a medida que pasan los segundos.

-Entonces, no lo entiendo –dice cruzándose de brazos –Si cuando viniste hace dos meses se supone que estábamos las dos en la misma situación, ¿por qué no...?

-Porque no era el momento, Nat –Se apresura a responder la rubia –Sé que me fui sin explicarte bien las cosas, que fue todo muy precipitado, y te juro que durante dos semanas estuve fustigándome por haber actuado como lo hice, pero alguien me hizo entender que fue lo correcto.

-¿Dejarme tirada pensando que la había cagado fue lo correcto? –dice de nuevo con tono de enfado.

-No, eso no, pero sí el haber parado antes de que fuera a más. –Alba se acerca y toma las manos de la joven con las suyas, intentando evitar que Natalia vuelva a enfadarse antes de que pueda aclararle bien lo sucedido – Nat, desde el momento en que te conocí, no he querido otra cosa más que estar contigo, pero de verdad, sin que mis estúpidos saltos vayan a interrumpir un momento que debería ser perfecto, que será perfecto.

-¿Será?

Cuando Alba ve el brillo en los ojos de la otra chica preguntándole aquello, no puede evitar recordar a su yo de diecisiete años, en los brazos de una Natalia adulta, mientras esta le aseguraba que todo llegaría a su debido tiempo. Alba decidió que aquellas mismas palabras que su novia había utilizado ese día, eran todo lo que la joven necesitaba oír en ese momento.

-Lo será –le contesta, tomando el rostro de Natalia suavemente entre sus manos, y dedicándole una tierna sonrisa –Pero no tengas prisa. La espera vale la pena.

****************************************

Buenas!

Solo quería agradeceros que sigáis leyendo este fic. Como había comentado, a partir de ahora los capítulos serán simplemente pequeños extras, momentos de ambas en los que no se había profundizado durante el hilo principal de la historia. De momento, tengo un par más pensados, ¡pero se aceptan sugerencias!

Para cualquier cosa, podéis encontrarme tb en Twitter como LennaPo :D

Por mucho que pase el tiempoWhere stories live. Discover now