MOMENTOS - VI. Por primera vez

5.2K 374 38
                                    

Alba Reche no es, por naturaleza, una persona impaciente. Siempre ha sido todo lo contrario, más bien de dejar que las cosas fluyeran con naturalidad y sin prisas, a pesar de que cualquiera en su situación, sabiendo lo que le deparaba el futuro, estaría contando hasta los segundos que faltaban para que llegaran ciertos momentos de su vida. Tal vez era porque se había resignado a tener que esperar, sabiendo que el tiempo no iba a ir más deprisa solo porque ella hiciera trampas de vez en cuando. Por la razón que fuera, Alba no era persona de perder la paciencia.

Así que no, no es cuestión de paciencia, pero su cuerpo tiene un límite, y hace tiempo que demanda ciertas atenciones que ella, por medios propios, no puede acabar de satisfacer.

Por mucho que Marina hubiera insistido en saber "la verdad", no había pasado nada en aquella habitación de hotel que había compartido con Natalia nada más salir de la academia. Habían pasado la noche en la misma cama, como tantas veces durante el concurso, se habían regalado caricias y besos durante horas, pero la morena se había negado a dar ese último paso hasta que no fuera completamente libre.

Alba sabía que había hablado con su novio por teléfono, que él era consciente de lo que iba a pasar, pero era algo que Natalia necesitaba hacer en persona, sentía que se lo debía, y la rubia no iba a ser quien se lo negara. Ya se sentía demasiado culpable por no haber sido capaz de aguantar hasta que acabara el concurso.

Así que, los días habían ido pasando. Natalia había vuelto a Pamplona con su familia, y ella a Elche con la suya. El intentar recuperar un atisbo de normalidad en su vida había ocupado gran parte de su tiempo, junto con las apariciones públicas, atender a los medios, y ponerse al día con todo lo que había pasado mientras estaba encerrada en la academia, así que ese vacío que había sentido las primeras horas tras separarse de Natalia, había pasado a un segundo plano.

Hasta que, cierta noche, recibió una llamada.

-¿Tienes planes para fin de año? –Le había preguntado Natalia nada más descolgar.

-He quedado con Marina y unos amigos, ¿por?

-Yo estaré en Madrid con mis hermanos, pero había pensado que... -La morena parecía dudar.

-¿Nat?

-¿Quieres empezar el año conmigo?

Marina no había necesitado demasiadas excusas para aceptar ser su tapadera, nunca le decía que no a una escapada, y menos si era para ayudar a su hermana y su futura cuñada, aunque le había puesto como condición a Alba que después se lo contara todo con pelos y señales.

Así que ahí están, por fin solas, sin lastres, sin remordimientos ni miedos, solo ellas, en aquella habitación de hotel.

-¿Estás tan nerviosa como yo? –Le pregunta Natalia.

Nada más entrar al cuarto y dejar sus cosas a un lado, habían gravitado juntas hacia los pies de la enorme cama de matrimonio. Allí de pie, las manos de la morena, que temblaban ligeramente, se habían posado sobre el rostro de Alba en un gesto tierno cargado de amor.

-Creo que más –le contesta la rubia con una sonrisa nerviosa. –Es estúpido. No es la primera vez que estamos solas, pero de repente me siento como si tuviera quince años otra vez.

-Espero que no te dé por saltar ahora.

-Serás idiota –Alba le da un golpecito en el hombro a Natalia, a lo que esta responde rodeándola con los brazos, atrayéndola hacia ella y fundiendo sus cuerpos en un abrazo con tintes de algo más –Si no fuera porque te quiero...

-¿Me quieres? –Pregunta Natalia, separándose ligeramente de ella y haciéndose la sorprendida.

-Te adoro.

Por mucho que pase el tiempoWhere stories live. Discover now