En tus brazos

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Una pequeña aclaración antes de leer, las palabras en "negrita" son las conversaciones que Riele recuerda y que la si la letra es de "esta forma" es el sueño de Riele. Y que este one shot toca un tema delicado, asi que si lo lee, queda bajo su propia responsabilidad.
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No hay manera de olvidar aquello, existen noches en las que sigo recordando, como fue todo, y que hubiera sucedido si fuera diferente, tal vez yo podría dormir tranquila, tal vez yo podria ser normal, solo tal vez yo podria no sentir terror de ser tocada, de sentir el amor del chico que me aceptó con mis defectos y trato de curar mis heridas, posiblemente aun tendría a el hombre que me engendro a mi lado. El dia en que mi padre decidió otorgar hospitalidad, a una persona que no lo merecía, ese dia marco a mi familia para siempre.

Mi papa siempre fue conocido como alguien gentil, varias ocaciones, muchas personas se aprovecharon de su carácter dócil, asi que cuando un amigo suyo rogó por su ayuda, el accedió, sin meditarlo demasiado y con la opinión negativa de mi mama al respecto. El no sabia el error que estaba cometiendo.

Mi madre no estaba de acuerdo con el, ese hombre ni siquiera nos queria dar el motivó del porque no podía regresar a su casa.

" Si el no puede decirnos algo tan simple ¿Porque deberia confiar en el?". Esas fueron las palabras de mi madre al ver como, el 'amigo' de mi padre se levantaba indignado de la mesa por la pregunta que mi mama le habia hecho. Papa siempre lo cubrio diciendo que "Eran problemas suyos y que no debemos de interferir". Pero habia algo en ese hombre que nunca me gusto, mi madre y yo no lo queriamos en casa, era demasiado misterioso y tenia aquella mirada tan oscura y escalofriante, que me ponia la piel de gallina.

- Ven aquí Riele- le habia dicho a mi yo de doce años palmeando su muslo. Yo no lo sabia, era una niña inocente, pero ese momento marcaría el inicio de un recuerdo horrible en mi vida, que me perseguirá hasta el final de mis dias.

El cumpleaños de su madre siempre fue algo que en la familia les gustaba festejar a lo grande, venían parientes de todos lados, a ella realmente le gustaba cuando sucedía, pues podía  jugar con los primos que veía rara vez. Sin embargo ese cumpleaños la pequeña rizada no lo estaba disfrutando, se sentia muy incómoda con la mirada del amigo de su padre en ella, a Riele no le gustaba lo 'amigable' que podía llegar a ser, no se sentia comoda cuando la abrazaba o cuando queria jugar con ella a las cosquillas. Ese juego ahora era el que menos le gustaba.

- Riele, es hora de que vayas a la cama cariño- le dijo su madre cuando llegaron a ser las doce de la noche. La pequeña de rizos asintió y se despidió de sus familiares dirigirse a su habitación, ella volteo a ver a el castaño amigo de su padre y sintió un miedo que no conocia hasta ese dia, al ver la mirada.

Cuando llegó a su habitacion, se puso su pijama y se metió a la cama. Abrazando su peluche, empezó a contar ovejas para dormir, como se lo recomendó su madre, pues tenia problemas para conciliar el sueño últimamente y lo iba lograr si no fuera por la puerta de su habitación abriéndose dejando ver a un hombre que entraba y cerraba la puerta detras de si, colocando el seguro.

- Hola Riele, tu pijama es muy bonita- le dijo el castaño quitándose la playera y sentándose en su cama- Sabes, me gustaria jugar a las cosquillas ahora, pero de una manera un poco diferente ¿Quieres?, si eres niña buena terminara rápido.

Riele nego con la cabeza mientras se alejaba de el, cosa que obviamente el hombre no paso por alto, pues enojado agarro a la morena del cuello al ver su intención de correr hacia la puerta.

-¡¡Papa, papi!!- gritó la niña, cuando fue lanzada a la cama, recibiendo un puñetazo en la cara.

- Te dije que estuvieras callada- el hombre le desgarro la remera y le bajo los pantalones, Riele medio inconsciente trataba de alejar sus manos de su cuerpo mientras lloraba.

- ¡¡Abre la puerta, maldito bastardo si no quieres que te mate!!

Escucho la voz de su padre y los sollozos de su madre, ella vio como el hombre se quitaba los pantalones, mientras soltaba un ultimo grito de ayuda. Su padre derribo la puerta y antes de que el hombre inicie su cometido, fue hacia el y lo derribo de un golpe en el rostro. Su madre llorando fue a ella y la abrazó, cubriendo su pequeño cuerpo con una sabana, susurrando que estaria bien y que lo sentia mucho.

-Papa..- decia apenas con fuerza, mientras que veia como golpeaba sin piedad al hombre. Su padre la miro y en ese momento, vio como su abusador levantaba un cuchillo y lo clavaba en el cuello de su papa.

Riele despertó gritando y llorando, sentia las manos del hombre por todo su cuerpo y su cabeza estaba dando vueltas. Sentia como su respiración empezaba a fallar. Era la tercera noche en la que sus recuerdos se convertían en pesadillas.

- Riele, cariño. Mirame, estoy aqui- Jace, su esposo, agarro su rostro entre sus manos para que lo vea, en un intento de lograr que se calme- Todo esta bien amor, nadie te va hacer daño, yo estoy contigo. Yo te voy a proteger.

Jace la atrajo a su cuerpo y dejo que la mas baja llorara en su pecho, el rubio sentia como su corazón se desgarraba con cada sollozo que la mujer que amaba soltaba. El deseaba tanto poder haber estado allí para ella cuando sucedió todo eso, apoyarla y decirle que todo iba estar bien, protegerla de todo y de todos. Jace amaba su esposa con locura, jamas encontraría una mujer tan perfecta como ella, pues para él, Riele era el ser humano mas perfecto jamas creado, un ser humano que fue herido profundamente, pero  que a pesas de todo seguía siendo bondadosa, comprensiva y luchadora. Jace pensaba que a veces no habia palabras suficientes en el mundo para describir a su hermosa Riele.

Los sollozos de la morena fueron disminuyendo, pero el agarre en el cuerpo de su esposo seguia firme, ella sentia tanta tranquilidad en su brazos.

-¿Estas mejor?- le susurro su marido, ella tan solo asintió, mientras acurrucaba su cuerpo con el de él- Solo quiero que sepas Riele, que jamas dejare que alguien te haga daño.

Jace la abrazo con mas fuerza y Riele levanto su rostro de su pecho para mirarlo a los ojos y besar sus labios dulcemente.

- Te amo Jace- el rubio sintio que su corazón se le aceleraba al escuchar esas tres palabras salir de sus labios, porque cuando ella lo pronunciaba,  siempre parecia la primera vez.

- Y yo te amo a ti cariño- respondió devuelta mientras acariciaba su rostro, mirando la sonrisa cansada que le dedico su mujer. Riele volvio a colocar su cabeza en su pecho, escuchando los tranquilos latidos del corazon de Jace, cerro los ojos, confiando en que las pesadillas permanecerian lejos de ella.

Porque si ella estaba segura de una cosa era que, podria ser el fin del mundo, podria estar al borde de la muerte e incluso luchando con todos los demonios que le atormentaban en las noche mas oscuras, pero con Jace a su lado, jurandole aquel amor incondicional que a veces sentia que no merecia, abrazandola de esa manera en la que sentia tanta paz y seguridad, ella pensaba que no habia mejor lugar en el mundo que en los brazos del hombre que amaba.

Chenry/Jaele - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora