The Weird days

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Eran completamente desconocidos, ajenos de la vida del otro. Cada uno en su grupo, viviendo su vida de distintas formas, no tenían los mismos gustos e incluso su forma de pensar era distinta. Algún tipo de interacción entre ellos podría incluso alterar el ambiente que ambos conocían y en el cual se sentían cómodos. Pero fue inevitable, una canción los llamo ese día extraño, cuando sus miradas se cruzaron, el cobrizo del pelo de el maravillo a la señorita. En cuanto al chico, enseguida se encontró enamorado del aspecto suave y chocolatoso de su piel. Tal vez lo suyo se volvió incluso más imposible al pillar que, lo que los hacía diferente era lo que más admiraban del otro.

Ambos fueron consientes del otro, de alguna forma mística habían llegado a conectarse con la mirada una noche. Podría ser llamado coincidencia, pero no, el destino llamaba ser cumplido. El fue enamorándose  de  las pequeñas acciones de ella, Riele era tímida con una sonrisa deslumbrante, su voz dulce y facciones delicadas solían hacer contraste con  la fiereza que ocultaba y que una vez notó  al verla  de defender a una chica de su novio abusivo. Ella tampoco se quedó atrás, noto su fidelidad hacia sus amigos al verlo defender a su amigo de rizos de las burlas de la gente, se fijo en su peculiar sentido del humor y en lo protector que era con su familia. Entonces las pequeñas miradas, las sonrisas y los disimulados saludos que delataban el corazón tímido de ambos aumentaron, intercambiando pequeñas palabras entre saludos notaron algo más llamativo en el otro, se encontraron varias veces perdidos en los labios del otro. Aquello era vicioso, un círculo que repetía el mismo patrón cubriendo la cobardía de dos jóvenes corazones. Se anhelaban en silencio, a pesar de todo se imaginaban contra el otro, compartiendo un solo corazón, amando en silenció.

Entonces sucedió lo inevitable.

Ellos sabían que el tiempo de ambos estaban contados, se acercaron despacio, incluso con miedo, se contemplaron en silencio. Jace maravillado de como Riele bailaba como lazo en un ventilador. Se acerco más, sus manos se tocaron y la piel parecía deshacerse al calor del tacto desconocido.

Era vicioso.

Era peligroso.

Era hermoso.

En un bar, en una noche, se volvieron a encontrar. La musica que sonaba de aquella banda los atrapó en una burbuja y sabían que era tarde para dar marcha atrás.

No había nada más, era ahí donde ambos iban a terminar.

No quedan vicios por perfeccionar

En los días raros

Nos destaparemos en la intimidad

Con la punta del zapato.

Tal vez solo era la fascinación de algo imposible lo que los atraía, tal vez la adrenalina de desafiar a la sociedad los llevo a aquel destino.

En la oscuridad del bar, en el apogeo de la gente, entre el canto y los gritos. Dos corazones al fin se encontraban por medio de sus bocas, alargando cada segundo lo más posible para que no acabará. Era maravilloso y celestial lo que el amor podía hacer.

Sin importar que tan diferentes eran, la conexión de esos jóvenes solo iría creciendo con el paso de los años y como decía la canción que los envolvía aquella noche estrellada.

Aun les quedaban regalos por abrir.

Les quedaban cosas por conocer y caminos por descubrir.

Había mucho por hacer, pero lo harían juntos.









Cortito, lo se. Pero no tengo mucho tiempo últimamente 😭💔

Chenry/Jaele - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora