Demasiado Dulce

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Existen ciertas palabras claves para describir a una persona. A alguien que le gusta ayudar a las personas lo llamas amable, una persona que no le importa dar sin recibir nada a cambio se le describe como generoso y a alguien gentil con las palabras, con gestos tiernos, cariñosa y romántica, lo llamabas dulce.

Este adjetivo era el que más describía a las chicas con la cual salía Henry. Y a pesar de aquel sentimiento molesto en el estómago que Charlotte siempre sentía al ver a estas chicas cerca de su mejor amigo, tampoco podía evitar sentirse atraída por el carisma de ellas. La rizada tenía que admitirlo, el tenía un buen gusto y es por eso que ella jamás sintió que debía proteger el corazón de su amigo, porque incluso ella se sentía a gusto con sus novias. A pesar de aquella rara sensación en el estomago.

Jamás tuvo que preocuparse por ello, además ahora Henry estaba soltero, lo cual le alegraba ya que se enfocaba más en sus estudios y en el trabajo, pero solo era eso, solo por ello se alegraba de la soltería del rubio o eso es lo que siempre se decía para poder desechar la idea de que aquel alivió que sentía era debido a un sentimiento floreciente hacia Henry.

Eso fue hasta aquella fiesta de cumpleaños en la que se infiltraron y es que a pesar del despampanante atuendo de Charlotte, así como otras veces, Henry la dio por sentado y fijo su atención en la hija de un mafioso, lo cual como diría ella es tan...Henry.

Joss Moss, tan inteligente como manipuladora. Bella rubia de piel tostada y ojos verdes, fue imposible incluso para ella retirar su atención de la cumpleañera. La joven parecía segura y sofisticada, lo cual era de esperarse dado a que su padre era un mafioso muy reconocido y exitoso en los negocios de los bajos mundos, eso incluso explicaría aquella fiesta tan ostentosa. Charlotte sintió el peligro enseguida, mucho más luego de que su padre fuera capturado en medio de la entrega de regalos. Henry quedó encantado y ella vio su sonrisa, esa sonrisa que solo se la había dedicado a la única chica quiso de verdad y se marcho por un programa de televisión. Ella supo entonces que estaban en peligro.

Dos semanas después de eso las alertas comenzaron. Henry se mostraba más alegre y sonriente de lo normal, siempre miraba su celular y recibía llamadas que contestaba sin importar que estuviera haciendo. Tanto era así, que el equipo estaba cansandose de su desatención y no fue hasta que Ray explotó y le arrebató el celular, que sus sospechas fueron acertadas.

- ¿¡Joss Moss?!- gritó Ray leyendo el remitente del mensaje- ¿Estas saliendo con ella Henry?

Ray estaba serio, el podía ser bromista e inmaduro, pero cuando se trataba de la seguridad de su equipo, que era como su familia, su instinto protector salía a la luz. Esa chica era un peligro a los ojos de Ray, no solo una distracción para Henry.

- Eso no te incumbe- respondió altanero el chico, intentando alcanzar su móvil, pero fue inútil.

- ¿Que no me incumbe? Casi le arrancas la cabeza a Jasper con un laser por responder su mensaje- continuó el adulto- Además Henry, esta chica es peligrosa.

- Que su padre fuera un mafioso no significa que ella lo sea.

- ¿Que te garantiza eso?

- ¿Y a ti que te garantiza que si lo sea?

Ray suspiro con fuerza tratando de calmarse, tratando de recordar porque acepto trabajar con adolescentes.

- La lógica lo hace Henry, Rob Moss no tenía otros hijos además de ella, es obvio que el negocio familiar pasaría a sus manos después de haber sido encarcelado.

A Charlotte realmente le agradaba la parte lógica de Ray, a pesar de que no aparecía mucho, lo hacía cuando la situación lo ameritaba.

- Solo estas exagerando- Henry al fin logró quitarle su celular- Eres el jefe en el trabajo, no en mi vida Ray.

Chenry/Jaele - One ShotsWhere stories live. Discover now