|F O U R|

7.9K 1.2K 129
                                    

Las palabras para explicar la adrenalina que sentía no salían de su labios, por más que quiso pensar que su mente le había jugado una mala broma, simplemente no fue así.— JiMin, ya te lo dije, ahí no había nada. —volvio a decirle TaeHyung.

—Se lo que vi, yo se lo que vi. —insistio.— ¿Por qué no me crees TaeHyung? Tú estuviste ahí. —decía con palabra firme, sin dejar de creer en si mismo.

—Para por favor, no más. —pidió.— Dejemos esto hasta aquí, porque no quiero molestarme contigo ni que tú te molestes conmigo. —pidio amablemente, abriendo la puerta de la casa, JiMin le siguió en silencio sin comentar algo más sobre cierto animal peludo que sus ojos vieron en el profundo bosque. Al pasar por el corredor de la entrada TaeHyung se detuvo de golpe, viendo a un punto exacto de la sala, por un momento JiMin sintió un raro escalofrío por aquella mirada penetrante que su amigo de cabellos azules tenía.— ¿Qué hace el aquí?. —fue su pregunta, su voz salio neutra, sin mostrar ningúna emoción en ella.

—¡TaeTae! —la voz del pequeño JungKook se hizo presente, a la vez que corrió a los brazos de TaeHyung.— Papá llamo al tío Hobi para que lo ayudará en algo. —Dijo con alegría, saludando a JiMin.

—¿Dónde está tú papá?. —pregunto, ignorando por completo la presencia de un chico de tez canela, estatura un poco más alta que la de TaeHyung, con un cierto color de cabellos verdosos pero a la vez grises.

—Salió a caminar. —hablo el menor. TaeHyung asintió sin ánimos pasando de largo, llevando en brazos a JungKook. Por su parte JiMin se quedó parado en medio de la sala, viendo curioso al mismo chico de cabellos verdosos, quien no apartaba la mirada del libro que estaba en la pequeña mesa.

—Hola. —dijo el rubio, un tanto incómodo con la presencia del otro.

—Hola. —respondio de forma tranquila.— YoonGi me ha dicho que tú encontraste el libro de SeokJin.

—¿Eh?... Bueno yo, realmente lo robe, pero no fue mi intención solo me dio mucha curiosidad, espera ¿SeokJin?. —el sujeto peliverde río secamente.

—¡Oh cielos! Eres un caso. —murmuro de mala gana.— ¿Cual es tu nombre?.

—JiMin, ¿Y el tuyo?.

—HoSeok. —respondio sin gracia.

—¿Qué te trae por acá HoSeok?.

—He venido a ayudar a un viejo amigo, de paso recuperar a otro. —su semblante era frío, tal y como el de YoonGi, en todos sus aspectos.— ¿Y tú niño? ¿Qué haces aquí?.

—Esta es mi casa. —JiMin solo se le quedó viendo, cuando HoSeok río de manera un tanto burlona.— ¿Qué le causa gracia?.

—Tú y TaeHyung, ¿Son pareja o algo así?.

—¡¿Qué?! ¡No! Iugh~ —nego haciendo una mueca de ascó— Tae es mi mejor amigo, casi mi hermano. No lo veo de esa manera.

—Menos mal. —suspiro el peliverde, tocando su pecho.— Por un momento pensé que tú y él, tenían algo así como una relación.

—¿Y de donde conoce a TaeHyung usted?. —por la forma en la que se expresaba de su amigo peliazul, parecía conocerlo muy bien.

—De toda la vida para ser exactos, ¿No te lo contó?.

—No... —murmuro bajo, habían cosas que TaeHyung ocultaba y JiMin simplemente no lo obligaría a contarle todo. Justo a tiempo TaeHyung regreso a la sala, con JungKook en sus brazos, fulminando con la mirada a HoSeok.

—YoonGi Hyung no tardara en llegar, cuando hables con el te pido que después de larges de aquí. Tú precencia no es de mi agrado. —JiMin se encogió en su sitio, viendo de soslayo como HoSeok solo bajaba la mirada sin decir o mencionar algo, TaeHyung salió de la sala, subió las escaleras y de seguro a encerrarse a su habitación, «Que incómodo» pensó el rubio. «Esos dos algo se traen».

—¡Papá!. —grito el menor, corriendo a los brazos de su padre.— ¿Por qué tardaste mucho?. —el pelinegro no respondió, solamente dejo un beso en la frente del menor.

—HoSeok.

—YoonGi, hace mucho que no te veía... Desde que tú esposa ya sabes. —comento el peliverde, saludandolo con una venía, quien como de costumbre no dijo nada.

—A dormir. —le dijo a JungKook. El niño solo hizo un mohin, obedeciendo.

—JiMin, ¿Duerme conmigo?. —le pregunto el menor al rubio.

—Claro. —respondio sonriente.

—JungKook no. —YoonGi le hizo una seña para que no dijera eso, pero, JungKook tomo la mano de JiMin.

—¡A dormir, a dormir!.

—Creo que a tu papá no le agrada la idea JungKookie. Mejor no. —los ojitos de niño empezaron a acuarse al escuchar eso. JiMin vio suplicante al pelinegro, «¡Ay no, ya está llorando!». No era bueno con los niños cuando estos se ponían a llorar.

—YoonGi Hyung. —suplico el rubio.

—¡Papá!. —tambien JungKook.

—Esta bien. —dijo rendido, las caritas de ambos se iluminaron al escuchar a YoonGi, fue primero JungKook quien lo abrazo y le dejó un beso en la mejilla, seguido por un lindo rubio de cachetes regordetes, que lo tomo como la vez pasada de sorpresa al estampar sus labios en su pálida mejilla.

—¡Gracias Hyung!.  —los dos menores corrieron hacia la habitación que ocupaba YoonGi y JungKook, por fin podían descansar.

En la sala HoSeok tenía la boca abierta, con sus ojos casi por salirse de su rostro.— ¿Dejaste que se te acercará?.

—Callate.

—Eso es imposible, tú —señalo al pelinegro de pies a cabeza—, ni siquiera dejas que yo te abrace. Nadie nunca se ha atrevido a hacer eso, tu siendo el rey de nosotros... ¡No lo puedo creer!.

—Ya no soy un rey. —dijo, en un gruñido, esa era mucha advertencia para que HoSeok se callara de una vez por todas.

—Lo siento. —se disculpó con un semblante de tristeza.— Se me olvida que solo quedamos seis de nosotros. —sacudio su cabeza, alejando todos los recuerdos tristes.— Como sea, ya tenemos dos libros, solo nos hace falta cinco. Por lo que me comentaste, el libro de JungKook está en una biblioteca privada.

—Sí. —afirmo, tomando asiento.

—Necesitas ayuda de otro par más para poder sacarlo de ahí. Además, me he enterado que el cazador está cerca; muy cerca de nosotros.

—Se eso.

—¿En el bosque furtivo?. —YoonGi asintió viendo por la ventana de la casa.

—Debemos estar todos unidos, si estamos separados seremos presas fáciles para ese sujeto.

—Mhg.

—YoonGi, si sabes que tengo la razón. —hablo, HoSeok se levanto del sofá, viendo por el camino de las escaleras.— Tengan cuidado, y por favor, cuida a TaeHyung.

—Siempre. —respondio. El peliverde salió de aquella casa vieja, sin decir una palabra más. Dejando a YoonGi con un revoltijo de cosas en que pensar.— Joder. —expreso cansado.





WUANPROGONE.

Gran Lobo Negro. © |YoonMin|Where stories live. Discover now