|N I N E|

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JiMin corrió a toda prisa hacia su casa, la adrenalina y alegría que sentía se podían ver claramente por como sus ojos brillaban. TaeHyung, quien estuvo preocupado buscándolo por todo el bosque, arriesgandose a caer en una de las tantas trampas, con una lámpara en mano, y todo el valor del mundo buscaba desesperado a su amigo, pero grata fue su sorpresa al encontrarlo caminar hacia el, con una gran sonrisa. TaeHyung ya tenía listo su reclamo, se cruzó de brazos, puso su mejor cara de pocos amigos y:— ¡Es cierto que estás enojado conmigo, pero eso no quita que seas un exagerado al entrar al bosque a estas horas de la madrugada!. —reclamo el peliazul. JiMin paso a su lado ignorando su parloteo.— ¡Te estoy hablando Park JiMin! —grito ya sin paciencia.

—Oh, Tae. —fue lo único que dijo el pelirubio.— Te escuché llamarme, ¿Qué sucede?. —mostro una de sus mejores sonrisas, de esas que te daban ternura de tan solo verlo. El otro chico sacudió su cabeza muy aturdido.

—¿Sigues enojado?.

—No, para nada, estando en el bosque reflexione sobre algo —le dijo mientras caminaban de regreso a casa—, si tú no quieres decirme nada, está bien, no voy a obligar a mi mejor amigo a que me cuente todos sus secretos. Pero aún así me gustaría saberlos. —menciono el rubio.— Tal vez no lo hayas notado, pero desde que YoonGi Hyung vive con nosotros te he visto más estresado, te enojas por todos... Y actúas como si alguien te estuviera siguiendo, solo digo. —TaeHyung estaba mudó, nunca pensó que fuera tan obvió, se mordió la lengua, porque aunque el quisiera decirle toda la verdad a su mejor amigo, no podía. Eso solo lo pondría en peligro a él también.

—JiMin... Yo de verdad.

—Esta bien, no te preocupes TaeHyung, entiendo, ya te lo dije. Se que ocultas algo, se que todos los que están en casa están ocultado algo. Y también se, que no me lo dicen porque no confían en mi. —habia dicho JiMin con reproche, pero aún así, le sonrió a su compañero.— Muy bien, descansa TaeTae. —el rubio se despidió del peliazul, paso por los pasillos de su casa, en la sala estaban SeokJin y NamJoon cuidando de un dormido JungKook, quien al sentir la precencia de JiMin empezó a llorar. Fue inevitable para JiMin no preocuparse por el niño.— Hola Kookie. —le saludo, ignorando la precencia de los otros dos.

—Pa... Papi. —sollozo el menor, JiMin sintió sus mejillas tornarse rojas, JungKook extendió sus bracitos esperando ser alzado por el otro, JiMin sin saber por qué lo hizo, tomo en sus brazos al pequeño bebé que al sentir el aromita que desprendía su nuevo papi, (porque ya lo había escogido). Cerro sus ojitos calmando su llanto. JiMin solo lo arrullo con cariño, caminando hacia su habitación con el niño en brazos.

—Emg, ¿le puedes decir a YoonGi Hyung que está noche JungKookie dormirá conmigo?. —TaeHyung asintió, viendo como el rubio subía escaleras arriba hacia la habitación del pelinegro, (tampoco se dio cuenta que no era la suya). Cuando ya no sintió ni vio la precencia de su amigo, TaeHyung golpeó fuertemente la pared, gruñendo con ira.

—Calmate TaeHyung. —dijo SeokJin, dándole un leve golpe.

—¿Expliquenme de nuevo por qué no le puedo contar nada a JiMin?. —escupio. NamJoon, el hermano mayor de TaeHyung solo rió secamente, lamíendo sus labios y viendo mal al menor.

—Por dos simples razones Príncipe Kim TaeHyung, porque es un Humano, y porque corre peligro al saber de nosotros. —dijo molesto.

—Dejame decirte Príncipe Kim NamJoon, dos cosas también —ataco el peliazul, casi perdiendo el control.—, JiMin no es cualquier humano, y dos es en la única persona en la que confío. —Los dos hermano Kim se vieron retadores, sus ojos dilatados.

—Basta lo dos. —intervino SeokJin.— ¿TaeHyung, que es eso en tu mano?. —el pelirrosa señaló el viejo libro que JiMin le había dado antes de entrar a casa a TaeHyung.

—JiMin lo encontro hace un par de semanas, de nada. —reprocho el peliazul, dándole el libro a su dueño. Jin abrió los ojos, tomando con demasiado cariño su libro, una que otra lágrima se le escapó al ver esa parte tan importante de él de nuevo en sus manos.

—¿Él lo encontro?. —le pregunto entre llantos, abrazando el libro.

—Sí, el humano lo encontró. —dijo con molestia el peliazul, viendo aún retador a su hermano, no le gustaba para nada que hablaran mal de JiMin.

—¡Oh, pues debo darle las gracias! Mañana a primera hora le haré un delicioso desayuno por tan bonito gesto. —menciono SeokJin, alejando el momento incómodo.— ¿Dónde está el Alfa?. —los dos hermanos Kim, gruñeron.— Ups~ lo siento, se me olvidó que es peligroso llamarlo así. —se rascó la cabeza avergonzado, las costumbres no se le podían quitar de la noche a la mañana.— ¿Dónde está YoonGi?.

—Quien sabe, desapareció desde que el rubiecito salió llorando de casa. Parecía inquieto, igual que JungKook.

—Eso es porque el tonto se YoonGi Hyung reclamo como suyo a JiMin, al igual que JungKook. —murmuro TaeHyung de mala gana.— Hablando del rey de Roma. —justo iba entrando el pelinegro, se notaba cansado, y sus ropas desordenadas.— ¿Dónde andabas?.

—Más respeto. —advirtio el pelinegro, haciendoce paso entre los tres chicos.

—¿Estabas en el bosque? Sabes que es peligroso YoonGi. —NamJoon lo regaño por hacer algo tan tonto.— Habla Min.

—¿Y JungKook? —pregunto, ignorando triunfalmente al otro.— ¿Y JiMin?. —pregunto también.

TaeHyung rodó los ojos, señalo hacia la habitación donde entró el rubio.— Durmiendo juntos. —YoonGi no dio las gracias ni nada, solo subió por el mismo camino.— De nada. —comento el peliazul.

—Mañana viene HoSeok. —dijo el pelinegro, sonriendo burlón por la cara de espanto que puso Kim TaeHyung. Y como si nada entro a la habitación donde descansaban entre las mantas afelpadas dos chiquillos hechos bolita, abrazándose mutuamente. YoonGi sintió su pecho inflarse de orgullo, poco a poco se quitó la ropa, busco su pijama, y como si nada se metió entre las mantas, abrazo por la espalda a su bebé, y jalo hacia él el cuerpecito de JiMin, quien sólo arrugo el ceño con un puchero. JungKook quedó en medio de los dos mayores, sintiéndose cálido al ser llenado de calor de sus dos papis.

Porque JiMin ya era su papi, bonito rubio, con labios gorditos que brillaban y esos ojitos que se escondían cada que sonreía. Simplemente su papi era muy bonito, y él y su papá YoonGi lo sabían.


WUANPROGONE.

Gran Lobo Negro. © |YoonMin|Where stories live. Discover now