|F I V E T E E N|

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La leyenda cuenta, que de lo más profundo del bosque con el Sauce en el centro, habitan seres no humanos, ese bosque mágico ocultaba secretos únicos, los cuales muchos querían, por eso mismo un único ser, uno muy especial fue elegido para ser el guardián del bosque del Sauce, por generaciones así fue.
La leyenda cuenta, que uno de esos guardianes estuvo en peligro de morir en manos de la maldad que acechaba la reserva, pero...

De las llanuras más alejadas, el líder Alfa, aquel temible lobo, conocido por muchos como el más poderoso, le salvó la vida.

Min Agust era su nombre.

Park MinJi el nombre del guardián, el cual en un acto de agradecimiento y lealtad eterna, juro a aquel lobo, que si sus hijos, nacían estando en la misma época, si ellos llegasen a topar sus vidas una a la otra, que el Dios de su especie uniera sus vidas como unos solo.

Así juro y pacto el guardián del bosque con el Sauce del centro, así acepto el líder Alfa habitante de ese mismo bosque, ese pacto llegó a cumplirse varias décadas después.

Min YoonGi, hijo de Min Agust.
Park JiMin, hijo de Park MinJi.
Sus destinos fueron unidos, desde antes que ellos lo supieran.

Pero es solo una leyenda.

|Gran Lobo Negro|

La noche era fría y oscura, ni el canto de los búhos ni los aullidos de los caninos se escuchaba, NamJoon no podía ver claramente lo que le rodeaba y aunque no lo dijiera, quería regresar rápidamente para estar con SeokJin, y si, quizá su actitud era la peor y más cuando tenía a alguien como el pelirrosa, pero debían de entenderlo, estaba tan cansado con todo aquello de los libros, el cazador y problemas de más, aunque probablemente sólo era una excusa para no admitir sus errores. Para bien la suerte de cierta forma lo ayudaba, estaba cerca de aquella cueva; sólo tendría que ir, encontrar el libro y llegar lo más rápido posible antes de que SeokJin se impacientara más y comenzara a llamarlo mediante la unión, o en todo caso que fuera a buscarlo mientras sus ojos escurrian lágrimas, si eso pasara jamás se lo perdonaría, pero estaba pensando más de lo necesario, tomaría el libro, usaría la energía necesaria, se iría en su forma animal y llegaría más rápido, sin ningún rasguño, ileso, como debe ser. Ese era el plan.

—Vaya que fue tardado. —habló para si mismo, mientras entraba a la cueva, estaba oscura y solo se podía escuchar el sonido de sus pasos y una que otra gota de agua que caía por las paredes rocosas, era un sonido escalofriante que prefería ignorar. No sentía miedo, pero algo le decía que no se confiara, es más, su espíritu animal estaba inquieto, podía sentir como arañaba su interior, quizá el si sentía miedo o algo más, no estaba seguro. —«Solo encuentra el libro y marchate, no trates de hacerte el valiente» —escuchó como le advertía, ¿Hacerse el valiente? No había razones para tal cosa, tan solo era la inquietud de estar en un lugar tan peligroso a merced de la noche, donde era una presa fácil.

Conforme avanzaba había algo a lo que no le encontraba sentido, los libros de los otros habían estado siempre en algún lugar de cosas antiguas; tiendas, bibliotecas, pero el suyo se encontraba en una cueva, justamente una cueva exageradamente lejos de todas las demás.
De pronto, lo pudo sentir, su libro lo estaba llamando, ya estaba cerca, suspiró, faltaba muy poco para regresar con los demás.

Caminó un poco más rápido, tropezó unas veces pero estaba bien, caminó y caminó hasta que por fin lo vió a lo lejos, una piedra un tanto alta tenía aquel libro tan apreciado para el, sonrió en grande, una sonrisa que dejaba apreciar sus mágicos hoyuelos, saltó y tomó el libro de una, “Kim NamJoon, White”. ¡Esto era genial! Solo tenía que darse prisa y listo, ya estaría con todos los demás, aún con la sonrisa en su rostro puso su libro en la boca y a punto de convertirse en su forma animal escuchó una risa a lo lejos, pero no era cualquier risa, era una risa retorcida que solo le podía pertenecer a un ser repulsivo.

Gran Lobo Negro. © |YoonMin|Where stories live. Discover now