The Jauregui's Dolls.

ᴛʀᴇᴄᴇ

Lauren:

Tragué el último sorbo de alcohol del vaso de vidrio, antes de golpearlo contra la encimera del bar y fui para sujetar la botella que contenía la bebida color caramelo, para beberla de nuevo.

Mientras llenaba mi vaso y entraba en un trance mientras observaba el líquido caer en el interior del vaso, mientas escuchaba que la puerta de mi estudio se abría. Pero continué, bajando la botella y sujetando el vaso otra vez mientras lo llevaba a mis labios.

—¿Whisky? ¿A las diez de la mañana Lauren? —Evelyn vino a mi lado, sentándose en el taburete junto al que ocupaba—. ¿Agregando otro mal hábito a tu lista?

Con el borde del vaso aun contra mi rostro, observé seriamente a Evelyn para dejarle saber que no estaba de humor para sus bromas.

Evelyn rodó sus ojos y puso un brazo sobre la encimera, para ponerse cómoda—. ¿Qué ocurre?

—Nada —musité mientras bajaba mi vaso.

—¡Estas tomando un jodido whisky Lauren! Claro que algo está pasando. Vamos, dime. —Picó mi brazo con una de sus puntiagudas uñas rojas.

—¡Dime!

—¡De acuerdo Evelyn! —Me volteé para encararla, quien sonreía triunfalmente. Solté un suspiro pesado y hablé—, Kennedy vino ayer en la noche.

—Oh. —Abrió mucho los ojos por mi revelación—. ¿Y?

—Quería que nos separáramos.

—Eso es bueno. —Una sonrisa lentamente se formó en sus labios.

—No, a lo que me refiero es que tuvimos sexo de separación, Evelyn. Ella me pidió eso.

—¡Bien por ustedes chicas! —aprobó, mientras la observaba incrédula—. ¿Qué? A lo que me refiero es, vamos Lauren. ¿Qué mejor manera hay de terminar una relación que dormir con la otra por última vez? Felicitaciones para ella por tener esa idea.

—¡Evelyn!

—¿Qué? Jesús, Lauren. ¡Eres tan estúpidamente irritable! Hazme un favor y ni siquiera pienses en beber en la mañana, otra vez ¿de acuerdo?

—Vete a la mierda, —bufé, apartándome.

—No, no me iré a la mierda Lauren. Me sentaré aquí, quieras o no.

Rodé mis ojos y fui a levantar la botella de whisky de nuevo, cuando Evelyn de pronto me quitó la botella de la mano—. ¡Oye!

—No, —dijo severa y puso la botella a un lado—. Ahora dime ¿cómo funcionó para ti dormir con Kennedy por última vez? ¿No deberías estar aliviada de que ella se alejó? A menos... —alzó una ceja—. De que tengas sentimientos por ella de nuevo.

—No, no tengo sentimientos por ella Evelyn —dije burlona—. Conoces eso muy bien respecto a mí.

—No creo que lo sepas bien Lauren, para ser honesta. Me refiero que creí nunca beberías whisky tan temprano por la mañana. Pero aquí estamos ¿verdad?

—¿Puedes dejar de hablar de eso? —pedí, absolutamente malhumorada—. Sí, ¡estoy bebiendo en esta maldita hora! ¡Pero eso es porque, me siento tan jodida de la cabeza ahora Evelyn!

—Wau, —levantó sus manos en rendición—. ¿Quieres calmarte un poco Lauren? —rió.

—Solo cállate ¿de acuerdo? Antes de que lo haga por ti.

—Oh, creo que eso me gustará mucho —susurró coquetamente mientras pasaba un dedo por mi brazo tatuado.

—Evelyn, lo juro por Dios, si no fueras tan increíblemente sensual, te habría despedido hace meses.