ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ

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Cuando desperté la siguiente mañana y bajé las escaleras para desayunar con el resto de las chicas, aún no podía dejar de sonreír cuando recordé lo de ayer. Pero lo que era mejor que mi viaje a Disney, fue la forma en la que vi sonreír a Zoey ampliamente y ahogó un grito con sorpresa cuando le entregué las orejas de Mickey Mouse y el gorro de Cenicienta.

Claro que cuando me preguntó como las obtuve y con quien fui al parque, no le conté la verdad. En vez de eso le dije que todos los empleados donde yo trabajaba, fueron llevados a Disneylandia por el gerente de la compañía. Deteste mentirle a mi hermana ingenua, pero tuve que hacerlo para mantener mi doble vida en secreto no solo para ella, sin embargo también para Lauren y todo el mundo.

Eran casi las dos la mañana y todas las chicas y yo terminamos la entrevista grupal para el show matinal, el cual saldría al aire el día de mañana. Así que notando que estábamos libre por el resto del día, todas nos dispersamos para tener algo de tiempo para nosotras.

Kiara me pidió acompañarla en el gimnasio, pero el pensamiento de hacer ejercicio físico lo cual provocaría que mi cuerpo estuviera adolorido después, me hizo estremecer y rechacé su oferta con una disculpa.

Personalmente creía que hacía suficiente ejercicio físico cada noche cuando me dirigía la Paraíso Seguro. Pero la única la razón por la que mi flojo trasero lo hacía era solamente por el bien de Zoey.

Así que decidí pasar mi tiempo leyendo, porque echaba mucho de menos leer novelas. En la escuela, cuando iba, siempre llevaba un libro entre mis materiales escolares para siempre mantenerme ocupada. Adoraba en lo absoluto la idea de escapar a otro mundo dejando este atrás por un rato mientras pasaba entre las páginas y me metía en el papel de otra persona, más que en el mío. Mi mejor récord fue terminar una semana y media una novela que saqué de la biblioteca, y siempre continuaba haciendo eso.

Pero la cuestión aquí era que, no tenía idea si siquiera había un lugar en esta mansión que tuviera libros o que siquiera hubiera una biblioteca. Aunque, recuerdo que vi a Lauren leer un libro la otra noche cuando conversó conmigo en la piscina. Pero de nuevo, probablemente era de su propia colección de libros a la cual no permitía que nadie tocara o leyera. No la culparía. También era bastante posesiva con los libros que tuve.

Sin embargo, aún así, estaba desesperada por encontrar uno y leerlo, así que decidí preguntar a Evelyn si sabía donde podía encontrar algunos libros para leer

—Hola ¿Evelyn? —caminé hacia la mesa del comedor donde ella estaba sentada.

—¿Qué ocurre muñeca?

—Tengo una duda. Um, ¿hay una biblioteca en este lugar? Tengo ganas de leer un libro así que quiero saber. —pregunté, jugando con mis dedos.

—Veamos, para una chica como Lauren, quien ama leer y esa mierda, no tiene una biblioteca aquí. —Evelyn se levantó de su asiento—. Raro, lo sé. Pero tiene un montón de libros en su estudio, porque creyó que ninguna muñeca vendría y se quedara por un periodo de tiempo estaría interesada en leer una novela debido a que había otros pasatiempos mucho más entretenidos en el piso de arriba. Pero creo que siempre hay un excepción para todo ¿eh?

Le mostré una sonrisa tensa y me hice a un lado mientras ella empezaba a salir del comedor, y la seguía de cerca.

—Te llevaré a su estudio. Puedes elegir algo para leer ahí.

—¿Eso no molestará a Lauren?

Evelyn se detuvo y se giró para encararme—. Bueno ella salió antes —dijo arqueando una ceja sospechosa hacia mí, lo cual no me gustó ni un poco. Notando lo incómoda que estaba con la idea de escabullirme dentro del estudio de Lauren, Evelyn de pronto estalló en carcajadas—. ¡Estoy bromeando! Dios, cálmate Camila, —palmeó mi brazo.

The Jauregui's Dolls. Where stories live. Discover now