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Caminábamos directo a mi casa, mire a Ryujin quien pateaba una pequeña piedra. Tome el valor, y tomé su mano. Ella pareció sorprenderle, me miro pero yo no dije ni hice nada, como si no hubiese echo eso. Sonreí. 

Era como si nuestras manos estuvieran hechas de la una para la otra. Era simplemente hermoso. 

Llegamos a mi casa, como de costumbre mis padres no estaban, pero siempre en días así, volvían a casa antes de las doce, nos quedaba poco tiempo. 

Y si, Ryujin no sabe eso, le rogué a que se quedara aquí, igual fingiré a que no sabía que mis padres vendrían. 

- Me gusta tu casa. -pasó su mirada por todo el lugar- 

- Gracias, creo. -reí, ella también- Mi madre se encarga de eso, pero hace tiempo que no le dedica tiempo a la casa. 

- Aun así es linda. -me sonrió- 

Y casi muero.

- ¿Te parece si subes? Iré por agua, ¿quieres? -asintió- Bien. 

Subió las escaleras. Y yo me dispuse a servir agua en dos vasos. Me quedé de pie frente a la puerta de ese cuarto. Desde que estamos aquí, nunca he entrado, mis padres metieron sus pertenencias a ese cuarto. Y aun no estoy listo siquiera para darle un vistazo. Sería como volver a sentir aquel terrible dolor, no quiero abrir esa herida.

La puerta estaba abierta, así que fácil puede entrar. Ryujin estaba en la silla de mi escritorio dando vueltas, parecía estar de buenas. 

- Tu agua. -le entregue el vaso-

- Gracias. 

Me senté en la cama y la mire. Parecía pensar algo. Me miró de sin aviso alguno, nuestras miradas se conectaron, ni siquiera hice el esfuerzo en alejarla. 

- Jungkook. -amaba cuando decía mi nombre- ¿Podrías cantar? 

Sentí una corriente pasar por mi cuerpo, tenía más de dos meses sin cantar. Era menos de lo que tenía viviendo aquí. 

- Yo... 

- ¿Porque ya no lo haces? 

Me impresionó su pregunta, no hubo necesidad de decirle. 

- mire el vaso entre mis manos- Dejé de hacerlo desde que nos dejamos de ver, cuando peleamos. Realmente tengo mucho sin hacerlo... Y ni siquiera estoy seguro del porqué. -volví a mirarla- Siento que soy un asco en eso, incluso nunca pude terminar la canción que escribía. Aparte, mis padres nunca aceptarían que su hijo fuese cantante, o algo así. 

- ¿No hablas enserio verdad? -alzó una ceja- Demonios Jungkook, no conozco a alguien que cante tan hermoso como tu. Aquella vez que te escuche, me conmoviste, cantas con el corazón, y eso es bueno... Deberías volver a hacerlo. 

-sonreí levemente- Lo volveré a hacer porque tu lo dices. 

- Hazlo solo si tu corazón lo quiere. Y si te hace feliz. 

- Estas muy sentimental hoy. Eso fue lindo. 

Me miró tímida. 

- ¿Tienes sueño? -pregunte nervioso- 

- Un poco. Aún son las diez. 

-asentí- Eso es incómodo, podría prestarte algo, como aquella vez. 

- Te lo agradecería. 

Camine a mi armario, saqué un conjunto como el que le preste la última vez, pero ahora era color azul marino. Se lo entregue. Lo tomo y entro al baño. Aproveche para también cambiarme. Saque una sudadera, ya que seguía haciendo frío. Y una pantalonera, ambas color gris. Las puse sobre la cama, me saque el pantalón primero, y me puse la pantalonera. Después saque mi chaqueta y camiseta, tome el suéter, pero la puerta del baño se abrió. Ryujin me miro, se quedo en un tipo shook. 

- Mierda. 

- Lo siento. -me dio la espalda y cubrió su rostro.- 

Me puse rápido la sudadera y me maldije mentalmente, solo a mi se me ocurre cambiarme así. 

- Lo siento. -volvió a decir- 

Camine a ella, la tome de los hombros y la gire a mi.

- Esta bien Ryujin. Fue un accidente. 

Quite sus manos de su rostro, ella evitó mi mirada avergonzada. 

- Puedes entrar, ya salí. -paso de mi lado- 

Entre al baño, no porque tuviese algo que hacer, si no porque yo también estaba muriendo de pena. Me estuve ahí unos cinco minutos, y después salí. Gracias al cielo Ryujin ya estaba acostada en la cama. Decidí y pensé que sería mejor dejarla sola, es una chica después de todo, y no quiero descontrolarme y besarla como el otro día. Dormiría en el suelo, pondría algo abajo, estaré bien. 

Cuando termine me acosté y cobije mi cuerpo con una sábana. Cerré mis ojos, los cuales ya pesaban del sueño. Ya había cerrado la puerta con llave, así no entrarían mis padres. 


[...]


Abrí mis ojos de golpe en cuando sentí que sacudieron mi cuerpo. Ryujin estaba a mi lado. 

- Ryu...

- Enserio eres un tonto. Vamos, ve a la cama. Aquí es incomodo. 

- Estoy bien, vuelve a la cama. -volví a acomodarme y cerré mis ojos- 

- Si vas, yo tampoco. Dormiré aquí entonces. -levanto la sabana dispuesta a acostarse a mi lado, que terca- 

- Bien, dormiré en la cama. -me reincorpore, peine mi cabello con mis dedos y la mire aun adormilado, ella sonreía, se veía tan tierna, ya que su cabello estaba algo alborotado y mi ropa la cual le quedaba demasiado grande- 

Me puse de pie después de ella. Me acosté y ella a mi lado. Ambos estábamos mirando al techo, algo incómodos. 

- ¿Cómo supiste que dormía ahí? 

-se acostó de lado, mirándome.- Porque la ultima vez me abrazaste, ahora no lo estabas haciendo, aparte, no te sentí a mi lado. 

- Perdón, pensé que estarías más cómoda sola. 

-negó- Me gusta dormir con alguien a mi lado. Aunque tengo que rogarle a Yoongi para que lo haga. -sonrió- Así me siento más segura. 

- Toda  mi vida he dormido solo. 

- Pero aquí estoy yo. Ya no duermes solo. 

Ambos nos sonreímos, ella cerro sus ojos y suspiro. Supuse que ya dormiría así que fingí dormir. No pasó mucho cuando sentí sus dedos acariciar mi  mejilla. Paso estos por partes de mi rostro, en especial, en cuando toco mis labios, deslizó solo uno de estos por mi labio inferior. Algo que me sorprendió bastante, pero aun así no abrí mis ojos. 

Sentí como se removió en la cama, y me abrazó, pegando su rostro a mi pecho. Sentí sus labios chocar contra mi mejilla. 

- Gracias por todo. -susurro- 





ig. jimhyomin

Don't Forget| Jeon JungkookOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz