Episodio 34: Mensajes inquietantes.

981 18 0
                                    

A: (Bueno, no llego tarde. Algunos alumnos ni siquiera están sentados. Nath está solo en su mesa... No se si es una buena idea sentarme a su lado teniendo en cuenta los eventos recientes... Pero en fin, tengo que hablar con él. Me he dejado caer en la silla que hay a su lado mientras le dirigía una sonrisa tímida.)

Sr. Farrés: Un poco de silencio... Por favor.

S: (El señor Farrés apenas acaba de empezar su clase cuando la mayoría de los alumnos ha empezado a hablar en voz baja. Ocurre a menudo en clase de Historia. Sabía que sería el momento perfecto para una pequeña conversación...)

N: Parece que el señor Farrés ha abandonado toda esperanza de que le obedezcamos...

S: Yo también lo creo. (Ha empezado a tomar apuntes con aspecto distraído.) ¿Todo va bien?

N: Esto... Muy bien, si.

S: Quiero decir... entre nosotros.

N: Oh, Sucrette. Claro que sí.

S: Sin embargo, siento distancia entre nosotros desde el sábado.

N: No te guardo rencor a ti. Te está rondando.

S: Ya hemos hablado de esto... ¿Qué puedo hacer para sacarte eso de la cabeza?

N: No demasiado. Lo importante es que lo sé, y eso me permite estar alerta.

S: ¿Ah, si? Tengo la impresión de ser una torre que hay que custodiar...

N: ¡Hay que defender las torres!

S: Vamos a verlo... (Le he pellizcado el brazo para fastidiarle, pero rápidamente ha bloqueado mi mano y me ha atraído hacia él. He alzado la mirada hacia él y he sentido que nos entendíamos perfectamente en ese momento. No había necesidad de asustarse por la idea de que alguien pudiese descubrir ese momento de intimidad. Nathaniel ha detenido su gesto instintivo antes de deslizar su mano hasta mi rodilla, allí donde nadie podía verla. Por primera vez, disfruto plenamente el hecho de tener una relación a escondidas. Lo que ocurría entre nosotros solo nos pertenecía a nosotros. Y eso me encantaba. Habré anotado dos o tres frases en toda la clase. Cuando ha sonado el timbre, hemos decidido aprovechar la hora de guardia para aislarnos los dos. Creo que la atracción que sentimos el uno por el otro empieza a tomar demasiado protagonismo como para dejar espacio a la concentración... Es bastante excitante esconderse de todo un instituto...)

---

S: ¡¡Eh!! Peggy...

N: Deberías mirar por donde estas...

Peggy: Oh, disculpa... es cierto que estoy muy distraída.

S: (Se ha quedado mirándonos fijamente unos segundos sin decir nada.) Bueno, pues... con permiso, vamos a pasar.

Peggy: ¡Adelante!

---

Li: Así que como solo era un 2 sobre 5, he pensado que sería mejor ignorarle.

Ámber: ¡Faltaría más! No vayas a hacer como Karla.

Charlote: Ya te lo hemos dicho Li. Un 3 ya va justo, así que un 2, ni en sueños.

S: (He mirado a Nath.) *Susurro* Vámonos. No quiero saber de qué están hablando.

N: Yo sé de qué están hablando. Son muy pueriles.

S: ¿Cómo?

N: Están poniéndole nota a los chicos basándose en cinco criterios, pero no sé cuales son exactamente. Y para resumir, si un chico reúne menos de tres criterios, no es digno de salir con chicas como ellas. No está mal, ¿eh?

Corazón de Melón en el Instituto. Ruta NathanielWhere stories live. Discover now