Capítulo 42

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Nueva York, 25 de Abril del 2014.

Cuando Rose se reunió con ellos en la cocina, les lanzó una mirada de completa indignación al verlos comer donas. Sí, su pequeña había logrado convencerlo y terminó ordenándole a Jarvis comprar una caja de donas.

- Buenos días - Saludó sonriendo con inocencia.

- Qué le das de comer a tu hija? - Comenzó Rose a regañarlo.

- Avena, leche y una dona - Comentó.

- Y está deliciosa - Dijo su hija sonriendo.

Afortunadamente, antes de que Rose lo reprendiera otra vez, George entró a la cocina.

- Buenos días - Saludó el recién llegado.

- Quieres una dona? - Ofreció su pequeña a George - A ti no te ofrezco porque siempre nos regañas por comer dulces - Dijo María a Rose.

- Ya sabes lo que dicen. Si no puedes contra ellos, únete - Comentó George antes de tomar una dona para darle una mordida.

Una resignada Rose se sentó junto a ellos a desayunar, había café, jugo, leche, avena, tostadas y por supuesto donas.

Dejó a su hija junto a Rose, la vieja niñera había dicho que prepararía un nutritivo almuerzo para compensar la chatarra que habían comido entre ayer y hoy en la mañana. Tomó su camino hasta el taller y continuó trabajando con su legión de hierro.

- Papi! Rose dice que vayas a lavarte porque el almuerzo estará listo pronto - Comunico su pequeña.

- Está bien... Qué hay de comer? - Preguntó mientras dejaba las piezas en la mesa y miraba la hora, se sorprendió al notar que llevaba casi cuatro horas trabajando, ni siquiera notó el correr del tiempo.

- Rose hizo pollo al horno con mucha ensalada, yo ayudé a revolver los aderezos papi, espero que te gusten - Comentó su pequeña tomando su mano para arrastrarlo fuera del taller.

- Me encantarán, amor - Le sonrió - Pero papi antes de comer se dará una ducha. Tú adelantate y guardas mi lugar de siempre, si? - Le propuso.

- Si! - Exclamó su pequeña antes de salir corriendo a la cocina.

Se dirigió a su habitación y luego de una ducha rápida, se vistió con ropa cómoda para almorzar. Su hija le tenía su lugar apartado, tomó asiento y comenzó a comer en silencio, no era fans de la ensalada pero no iba a quejarse de la comida.

Soltó una carcajada cuando su pequeña sonrió emocionada, al ver que utilizaba los aderezos en su ensalada - Mmm este aderezo está delicioso - Exclamó con exageración.

- Es porque yo lo hice - Mencionó su hija totalmente orgullosa de su creación.

- Pero que ego, de tal palo tal astilla, no? - Comentó George.

- Lamentablemente - Murmuró Rose mientras asentía con la cabeza.

Rió más fuerte ante los comentarios de los mayores. Al terminar de almorzar adelantó un poco de trabajo, más que nada acomodó todo en el taller para continuar mañana. Las tardes eran dedicadas a su hija, así que se dirigió a la habitación de su pequeña para ver qué hacía.

- Adelante! - Dijo su hija trás tocar la puerta del cuarto.

- Qué haces preciosa? - Preguntó sentándose a su lado en la alfombra del piso.

- Estoy preparando la cena - Respondió sin quitar la mirada de su juego de cocina.

- Oh, eso se ve delicioso - Comentó viendo como su hija preparaba una hamburguesa de plástico en una sartén de plástico en su cocina de plástico. Acaso hoy en día todo era de plástico? Se preguntó.

Creciendo Junto A TiWhere stories live. Discover now