Svellia, día 14 de la Tercera Era, año 1080

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Sé que hace demasiado tiempo que no escribo. Prácticamente hace cerca de un año y medio que apenas he tocado estos escritos.

Antes de nada, he de decir que tengo una explicación. Y es que me he tomado una temporada sabática que necesitaba debido a las continuas tensiones que achacaban mi vida, sumado a diversas obligaciones que tengo como hombre de confianza y secretario de Hati Skorgarim, además de la dificultad que ha supuesto la primera edición de mis diarios de 1078. 

Parece que, después de tanto tiempo, la paz parece estar más cerca que nunca. Los campos de batalla están abandonados y los soldados están disfrutando largas temporadas con sus familias. Los reyes parecen preferir resolver los problemas con la pluma y no con la espada. Ojalá los hombres empiecen a abandonar su obstinación y hagan lo posible para no derramar más sangre de gente inocente.

Hace varias semanas un heraldo de Hati Skorgarim anunció la firma de la paz con otras naciones. Esto significó un alivio para Lorenzo de Silva y Raelith Belgram, pues se dedicaron a ocuparse de otros asuntos de vital importancia, como el establecimiento de factorías comerciales en otros reinos y lugares, acuerdos mercantiles bilaterales con otras naciones y procurar todo lo necesario para las buenas cosechas cuidando las plagas y los suelos infértiles.

Parece que, en Isla Tormenta, las huestes del Hechicero se han paralizado. Las tropas del Consejo Regente y del Hijo del Dragón no entablan ningún combate con los guerreros del enemigo. Además, el sosiego ha llegado por fin a Erytheia, la ciudad del duque Tras un primer desembarco en la costa de la ciudad, no cabe sino esperar la marcha de las huestes del Hechicero a la urbe. El Duque ha aprovechado este hecho para reforzar las defensas de la urbe, como la producción de armamento y protecciones, la reparación y mejora de algunas zonas más viejas y maltrechas de las murallas y la eficiente equipación de los defensores de la ciudad.

No sé cuánto tardarán en reanudar las hostilidades, pero recé cada día a Yahvé para que llegara esta época. Parece que mis plegarias han sido escuchadas. Sólo espero que esto no sea efímero.

Memorias y otras batallasWhere stories live. Discover now