Memorias y otras batallas

Svellia, día 24 de la Quinta Era, año 1080

A pesar de nuestros esfuerzos, los Koleti'z nos han vencido de nuevo. Su paso por el territorio es imparable, y derrotas como esta hacen que la moral de las tropas descienda cada vez más a niveles insospechados.

Si ya de por sí tenemos un enemigo muy duro a vencer, el Emperador del Imperio Umbrío se ha unido a la causa de Dante Abilis. No sabemos muy bien a qué se debe esta repentina declaración de guerra, pero desde luego ha dado un soplo de aire fresco a nuestros enemigos.

Ayer por la tarde, las tropas del Imperio Umbrío, en conjunto con las fuerzas de Rebellyon, el Águila y Dante Abilis, derrotaron a un ejército de más de cinco mil guerreros sonatienses, apoyados por varios centenares de voluntarios extranjeros. La batalla les permitió tomar la pequeña ciudad de Bassentensya y mermar aún más la poca moral que le quedan a nuestros soldados.

Al parecer, las fuerzas comandadas por Raelith Belgram trataron un plan para derrotar al ejército enemigo: descuidar el centro de la hueste y abrirse lo máximo posible para rodearlos y atacarlos con la maniobra de pinza, en detrimento de la adecuada defensa en la línea. Se hicieron dos grupos, cada uno con cuatro centenares de escudos y trescientos lanceros y un buen número de guerreros que guardaran las espaldas a los que realizaban el cerco.

Todo iba según lo previsto. Los enemigos, aun siendo algo superiores en número, fueron acorralandose y estrechar el cerco. Comenzaron a caer los guerreros y muchas vidas se perdieron, pero en principio Raelith gozaba de la ventaja.

Sin embargo, en un burlesco y terrible giro de los acontecimientos, las tropas del Imperio Umbrío y varios Koleti'z escaparon del muro humano y cercaron a los cercadores, atacandolos por la retaguardia, situación que aprovecharon los compungidos enemigos para cargar contra nuestras fuerzas.

El balance de pérdidas fue desastroso. Gran parte de los pocos que sobrevivieron fueron hechos prisioneros, y el resto está más que desmotivado.

Necesitamos una victoria. Lo último que necesitamos es una guerra civil.