V. Sobras

10 1 0
                                    

Pero entonces me daba igual escuchar la misma canción una y otra vez. Repitiéndose no sólo a través del estéreo, sino de mi mente. Nada me importaba cuando me sentía quebrada, cansada, con ojeras que por más que intentara no podían ocultarse aun con kilos de maquillaje.

Queriendo todo y a la vez nada, ansío beber otra gota de alcohol e irme a mi burbuja. Y sólo río por reír, pero luego lloro y entonces es asunto serio.

Me cansé. Y no sé cuántas veces tengo que decirlo para que alguien finalmente me tome en serio. No hay una edad para cansarse, no hay una razón; hay mil razones, no hay excusas ni personas ni pruebas ni una mierda que te diga lo contrario.

Sólo te cansas y deseas descansar, así sea fumando un poco de maría y recostándote en tu cama, con Leftovers de Dennis Lloyd tocando de fondo.

Lágrimas son pinceladas en mi rostro, corriendo hasta llegar a mis sonrojada oreja.

Cierro los ojos un momento y deseo así hacerlo por siempre.

Son las 03:23 y de nuevo me encuentro llorando en mi habitación. Repitiendo «que os den a todos, joder» en la punta de mi lengua.

Y es así. Todo me vale.

Relatos sin rumboWhere stories live. Discover now