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—Veo que ya se te informo que tengo a tus cachorritos

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—Veo que ya se te informo que tengo a tus cachorritos. —sonrió Ramsey hablandole a ambos—. Tus gritos suplicando un duelo uno a uno me han llegado, déjame decirte que dormí como un bebé, plácidamente, escucharte sufrir es muy satisfactorio.

Robb estaba incontenible había gritado toda la noche, prácticamente se había quedado sin voz.

—Un duelo, tu y yo, dejas de lado a mis hijos, a mi esposa… me quieres ver sufrir a mí, a ellos sueltalos, ellos… ellos no tienen nada que ver con esto… —rogó con un hilillo de voz apenas audible.

—Te equivocas, yo no te quiero ver sufrir, quiero a tu dulce ciervo… he depositado tantas veces mi semilla dentro de ella, que es posible que porte mi bastardo, he aprendido que la bastardía no es un impedimento sino algo que te forma, fui bastardo y ¡Mírame! Soy Lord de Winterfell y Guardián del Norte, jamás creí que podría poseer a una mujer tan bella como como Lyanna Baratheon y he gozado de la calidez entre sus piernas tanto como me ha dado la gana. —declaró y Robb gruñó intentando zafarse de la equis de madera.

Llevaba tanto tiempo ahí que ya no sentía sus extremidades, pronto las perdería.

Robb vió a Lyanna caminar lentamente hacia Ramsey, tenía las cadenas y sabía lo que pretendía así que distrajo a su torturador.

—Eres un bastardo y siempre serás un bastardo y procrearas bastardos… estás condenado.

Ramsey frunció el ceño dispuesto a golpearlo, pero Lyanna le puso las cadenas en el cuello y apretó, colocando toda su fuerza, él lucho para zafarse de su amarre.

Lyanna se colgó de su espalda y enredó las piernas alrededor de las caderas del pelinegro.

Los alaridos y gritos ahogados solo la hacían no desistir, Robb notó como Ramsey pasaba del rojo al morado en un segundo, estaba a nada de ceder, el joven lobo podía ver los ojos del pelinegro, rojos y húmedos, estaba muriendo.

Myranda entro a la estancia, Robb intentó advertirle a Lyanna, pero fue demasiado tarde.

La castaña al ver la escena, tomo la bandeja de comida que se hallaba en el suelo y le golpeó la cabeza, noqueándola.

Lyanna cayó al suelo, así como todas las esperanzas del dulce ciervo y del joven lobo.

Ramsey se levantó y pateó a Lyanna en el vientre repetidas veces haciéndola volver en sí, Robb por más que se retorció, pataleó e imploró no pudo hacer más que ver. Sólo podía ver, ver cómo su mundo se hacía añicos.

—Te crees muy lista, ¿No? ¡Solo necesito tu cara! El resto puedo cortarlo y golpearlo tanto como me plazca. —la tomo del cuello levantandola del suelo y la lanzó contra la mesa—. Myranda ¿Traes a los cachorritos?

—Claro. —dijo con una enorme sonrisa mientras lanzaba al suelo una manta que traía dos bultos.

Dos bultos calcinados… Lyanna se desplomo sobre la mesa.

Dos bultos calcinados… Lyanna se desplomo sobre la mesa

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𝓣𝓱𝓮 𝓵𝓪𝓼𝓽 𝓱𝓸𝓹𝓮 𝓸𝓯 𝓽𝓱𝓮 𝓢𝓽𝓪𝓻𝓴 𝓗𝓸𝓾𝓼𝓮 || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬 𝓖𝓞𝓣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora