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El joven galopó con tanta rápidez como el caballo se lo permitía, Lyanna venía detrás montando una yegua que habían robado a las afueras de una posada, estaban próximos a llegar al muro, casi lo conseguían pero los hombres de Ramsey Bolton venían ...

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El joven galopó con tanta rápidez como el caballo se lo permitía, Lyanna venía detrás montando una yegua que habían robado a las afueras de una posada, estaban próximos a llegar al muro, casi lo conseguían pero los hombres de Ramsey Bolton venían pisandoles los talones.

Lyanna escuchó los ladridos de los perros y aumento la marcha.
“Pronto llegaremos, pronto” se repetía una y otra vez intentando apartar el nudo de su garganta, quería gritar de impotencia.

Se imaginaba nuevamente bajo el cuerpo de Ramsey Bolton, siendo tomada a la fuerza y aquello le ocasionaba náuseas.

Quería cortarle poco a poco, quemarlo, torturarlo de mil y un maneras diferentes hasta darle la muerte que merecía aquel bastardo.

Una rama le dio justo en la cara, tirandola al suelo, el caballo no se detuvo, Lyanna calló un grito de dolor mordiéndose la lengua, una filosa piedra congelada le había atravesado la pantorrilla, la sangre comenzó a brotar, se mordió la mano intentando guardar silencio.

Sabía que los hombres de Ramsey Bolton estaban cerca, no podía levantarse, ni gritar por ayuda a Robb, de quién  esperaba se hubiera percatado que no se hallaba a su lado.

Pronto escuchó los ladridos, los correteos, los pasos y las voces, se arrastró intentando esconderse detrás del tronco de un árbol.

Estaba empapada en sudor a pesar de que una liguera capa de nieve cubría la tierra en la que se hallaba y una gélida ventisca nocturna le alborotaba el cabello.

No quería ver la herida, pero debía hacerlo, notó gracias a  la luz de la luna que  tenía atravesada la piedra, la cual poco a poco tomo la forma  de la punta de una flecha, se sentía maldita, despreciada por los dioses.

Había estado tan cerca y ahora estaba ahí, oculta y temerosa, sin ninguna posibilidad de defenderse, prefería morir a volver a estár bajo el  poder de Ramsey Bolton.

Saco la punta de la flecha de su pantorrilla, mordiendose la lengua para evitar gritar, la sangre comenzó a brotar llenandole el gusto y el olfato a hierro oxidado.

Tomo el filo de la punta y la condujo lentamente hasta su cuello, tenía que hacerlo, sus mejillas estaban repletas de lágrimas, pero pensar en el dolor que le provocaría Ramsey Bolton, le daba fuerzas para acabar con su vida.

Pensaba en Robert y Eddard, los imaginaba pronto en sus brazos y aquella escena le traía paz, sintió el filo rasguñarle la sensible piel del cuello, fue cuando escuchó su nombre. Dos hombres lo gritaban al unísono.

—¡Lyanna!

Reconoció ambas voces, había crecido con ellos en los pasillos del castillo de Winterfell.

Eran Robb y… Jon.

Fin de la primer parte

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Fin de la primer parte.

𝓣𝓱𝓮 𝓵𝓪𝓼𝓽 𝓱𝓸𝓹𝓮 𝓸𝓯 𝓽𝓱𝓮 𝓢𝓽𝓪𝓻𝓴 𝓗𝓸𝓾𝓼𝓮 || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬 𝓖𝓞𝓣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora