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—Lord Comandante

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—Lord Comandante. —se anunció la mujer roja ante Jon.

Él yacía sentado en el escritorio realizando sus labores, Sam lo había hecho firmar una petición al Guardian del Norte, pidiendo más hombres.

Las palabras de Robb continuaban en su cabeza «Y si tú la amas, tienes que ayudarme.»

—¿Y en qué puedo ayudarla? —pregunto Jon por cortesía ante su invitada.

—Venga con nosotros al sur. —declaró sin rodeos caminando hacia él—. Winterfell es su hogar, ¿No desea sacar a las ratas de ahí?

Jon comenzaba a exasperarse por la insistencia que todos demostraban, primero había sido Stannis y después su hermano, ahora esa mujer se había presentado.

Jon no podía decir que no lo tentaban, Robb era el que más lo convencía de cometer aquel abandonó hacia sus hermanos de la Guardia de la Noche, recuperar Winterfell y ser un Stark, todo a cambio del desprecio, la deshonra y la traición.

Todo lo que detestaba, todo lo que le quitaba el sueño y lo hacía sentirse un ser vil y asqueroso, un bastardo.
Trago saliva ruidosamente tratando de calmar sus náuseas.

—Mi hogar es Castle Black ahora. La Guardia no participa de las guerras de los Siete Reinos. —respondió firme.

Hubiera querido ser así de firme en lo que concernía a Robb y Lyanna, pero no podía, no era tan fuerte.

—Solo hay una guerra. La vida en contra de la muerte. —Jon sintió la mirada azul de Melissandre clavada, insistente—. Vamos, le mostraré porque lucha.

—Me enseñará una de sus visiones en el fuego. Perdone, mi lady. No confío en visiones. —se apresuró a decir.

—No visiones. Nada de magia. Solo la vida. —la mujer desabrocho su vestido dejando al descubierto su torso desnudo, una piel nívea y unos pechos de aureolas rosas.

Jon se quedó absorto observándola, pronto la mujer tomo su mano y la dirigió hacia su seno derecho, Jon cedió, la acarició.

—¿Siente mi corazón latir? Usted tiene poder en su interior. —murmuró—. Se resiste y ese es su error. Aceptelo. —El pelinegro apartó la mano avergonzado, al darse cuenta que se había dejado llevar. Ella sonrió y se sentó en su piernas. —El señor de la Luz nos hizo hombre y mujer. Parte de un todo. En nuestra unión hay poder. Poder de crear una vida. Poder de crear luz o sombras.

Jon cada vez sentía el aliento acariciarle los vellos y las comisuras de los labios.

—A Stannis no le agradará esto. —respondió Jon sin saber que más decir.

—Entonces no le contaremos. —contesto burlona.

—No puedo.

—¿Por qué no? —desafió acercándose aún más.

—Hice un juramento. Amaba a otro mujer. —recordó Jon resistiéndose.

—Los muertos no necesitan amantes. Los vivos, si —objeto desamarrando el jubon de Jon.

Pronto él la detuvo con brusquedad tomándola de las manos y mirándola directamente a los ojos a pesar de lo incómoda que resultaba la cercanía.

—Lo sé, pero aún la amo.

Ante aquella declaración la pelirroja se levantó alejándose con una extraña sonrisa en los labios, abrocho su vestido y dío media vuelta justo antes de retirarse.

—Tu hermano está jugando con fuego y puedes seguir el mismo camino que él  o quedarte aquí a ser Lord Comandante. Lo que decidas no terminará bien para la mujer que el joven lobo y tú, aman. —compartió y recitó con una sonrisa ladina—. No sabes nada, Jon Snow.

—Ella lo sabe

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—Ella lo sabe. —susurró Jon a Robb interceptandolo mientras esté último admiraba el paisaje invernal que ofrecía el otro lado del muro.

—¿Quién sabe qué? —pregunto confuso.

—La bruja de Stannis Baratheon, lo sabe, sabe tus intenciones. —compartió.

Estaba asustado, no lo demostraba pero claro que lo estaba, esa mujer sabía todo y su amenaza había sido una visión certera, nada de los que hiciera haría que aquello terminará bien.

—Es una bruja, Jon. Tal y como nos contaba la vieja Tata. —recordó Robb sin una pizca de miedo perturbandole el rostro.

—Robb, esto es grave, Stannis quemó a Mance Rayder por declararse Rey-más-alla-del-muro ¿Qué crees que hará con Lyanna? ¿Contigo? ¡Que intentas derrocarlo! El hombre está loco cree el está destinado a ser el rey de los Siete Reinos y Lyanna a penas representa más que un obstáculo que puede quitar si le place. —susurro Jon entre gruñidos, la actitud despreocupada de su hermano comenzaba a irritarlo.

—Supongo que lo mismo que hiciste tú con Lord Janos Slynt.  —comento indiferente. Jon bufó dibujando una  sonrisa amarga en su rostro—. No te estoy juzgando, Jon. Todo lo contrario, te admiro. —el joven lobo colocó una mano en el hombro de su hermano, reconfortandolo—. Iremos a un lugar seguro, no te pido que me acompañes, eres Lord Comandante, tu deber es estar aquí guiando a la Guardia de la Noche, depender de ti nunca fue un buen plan, agradezco tu hospitalidad, siempre tendrás un lugar en Winterfell —finalizó, abrazándolo, sabía que esa era la despedida

 Iremos a un lugar seguro, no te pido que me acompañes, eres Lord Comandante, tu deber es estar aquí guiando a la Guardia de la Noche, depender de ti nunca fue un buen plan, agradezco tu hospitalidad, siempre tendrás un lugar en Winterfell —finali...

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Los leó!😊

𝓣𝓱𝓮 𝓵𝓪𝓼𝓽 𝓱𝓸𝓹𝓮 𝓸𝓯 𝓽𝓱𝓮 𝓢𝓽𝓪𝓻𝓴 𝓗𝓸𝓾𝓼𝓮 || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬 𝓖𝓞𝓣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora