I.

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—Gracias por su compra, que tenga un buen día— Un Luke de 18 años le entregó una bolsa con verduras a una señora mayor, esta le entregó el dinero y este agradeció con una sonrisa.

El mercado hoy estaba muy concurrido, lo cual era muy bueno para Luke y su tía. Luke atendía el puesto solo ya que su tía se pasaba el día trabajando para poder darle a su sobrino lo mejor. Este, si no estaba en el mercado vendiendo las frutas y verduras que cosechaban en su huerta, se encontraba en la huerta trabajando, cuidando los cultivos. Era un chico muy trabajador, y a veces por demás. El nunca tendría palabras suficientes para agradecerle a la hermana de su madre por hacerse cargo de él luego de que sus padres hayan muerto.

Su forma de agradecer era trabajar para poder pagar sus cosas y ayudar a su tía con los gastos del hogar. Luke había terminado la escuela hace ya hacía un año y por mucho que su tía le insistiera con el iniciar una carrera universitaria el rubio lo encontraba innecesario, ya que prefería ayudar a su tía y no quería que ella gastara una millonada de dinero en él y un estudio universitario. Prefería ayudarla en todo lo que pudiera y ser el "chico granjero" como lo solían llamar sus compañeros. A él no le importaba que lo llamaran así o que se burlaran de él, al menos su trabajo era digno y todo lo que el ganaba era en buena ley, a diferencia de muchos de los padres de sus compañeros.

La hora del mediodía se acercaba, Luke recibió un mensaje de que fuera a la casa con urgencia. El rubio, algo confundido comenzó a cerrar todo para dirigirse a su hogar, no tenía idea de que era lo que quería su tía. Luego de cerrar su puesto se dirigió hacia la salida, pero en su camino se encontró con que muchos, por no decir todos los puestos del mercado estaban cerrando. El chico se acercó a una de las señoras que estaba cerrando su puesto.

—Marta, ¿qué sucede? —

—Oh pequeño Luke, ¿no te has enterado? — El chico negó con la cabeza, muy confundido. —La reina ha muerto. Su funeral es hoy por la tarde, todo el pueblo estará ahí. — Luke se llevó una mano a la boca mientras asimilaba la noticia.

Idealem era un pequeño país de Australia, tan pequeño que podría pasar fácilmente como un pueblo grande o una pequeña gran ciudad. Tenían una monarquía, la reina Isabelle siempre había gozado de buena salud, la noticia tomó a todo el mundo por sorpresa, incluso a sus propios hijos.



Luke se dirigió a su casa en su bicicleta, pedaleaba a toda velocidad, tendría que prepararse para el funeral y cortar un par de flores del jardín. El chico dejó su bicicleta junto a la puerta y se adentró en la casa.

—¿Tía Anne? — El chico se adentró a su casa muy confundido al no ver a su tía.

—¡Luke! —Su tía bajo a toda velocidad la escalera con una maleta en su mano.

—¿Tía porque tienes esa maleta? — El chico inclinó su cabeza, confundido.

—Lukey nos vamos del país— Respondió con normalidad mientras cerraba su bolso.

—¿QUE? — Preguntó en un grito el chico. —Pero primero iremos al funeral de la reina, ¿no es así? —

—No Luke, no hay tiempo debemos irnos ya. Ve a preparar tu maleta. —

—¿Pero a donde nos vamos?¿Por qué nos vamos? —

—Me ofrecieron un trabajo en Estados Unidos—

—¿Y porque no me lo dijiste antes? —

—Por que me avisaron está mañana y dijeron que el vuelo sale en unas horas. Ahora ve a tu habitación y busca tus maletas, ya las preparé—. Respondió su tía con nerviosismo, tenía que llevarse al muchacho lo antes posible.

How to be a King » MukeWhere stories live. Discover now