tutoria;

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Cerró su casillero, miró a los lados, tomándose con su amigo, Kim YuGyeom.

-¿Me dejarás solo hoy?

-Clases de música.

-Cierto, lo olvidé por completo -rodó los ojos-, ¿Y qué tal?

-Divertido -asintió-, pero no entiendo mucho.

Mark Tuan, aquel estudiante que había rogado por unirse a la clase del profesor Lim estaba un poco perdido en su clase, pero aún así no iba a rendirse tan fácil.

-Estaba pensando...

-Huele a qué quieres hacer algo particular. -Sonrió aquel joven estudiante de literatura.

-Abrió una pizzería a un par de calles.

-No quieres ir solo.

-Me conoces bien -concordó con su pequeña teoría.

-¿Vas a esperar por mi? -cuestionó, accediendo rápidamente a su deseo.

No era difícil entender que Mark y Kim YuGyeom eran muy buenos amigos, amigos de años. Se conocían bien, y sabían cómo ayudar al otro.

Se complementaban, se ayudaban y bromeaban, como hermanos, podrían decir eso sin problema alguno.

-Por supuesto -asintió-, no hay otra persona en el mundo con quién quiera compartir una rebanada de pizza.

Kim, para ser coreano tenía un gusto por la comida extranjera. Amaba la comida de su país, pero la comida como las pizzas o hamburguesas, eran su debilidad. Algunas personas aseguraban que YuGyeom, aquel chico más alto, era tan extranjero como el propio americano.

Caminaron sobre el pasillo de la gran escuela. La universidad poseía unos tonos viejos, quizá por sus paletas de colores, incluso, si está era realmente vieja no importaba demasiado, ya que, estaba equipada con la mejor tecnología, no había porqué tener queja alguna de ella.

Kim lo dejó frente del salón de clase, para después despedirse y decirle que lo esperaría para ir por aquel preciado pedazo de pizza.






¿Que había hecho para merecer algo así? Nada, JaeBeom era un hombre bueno, si lo era, pero ya tenía suficiente.

Una mueca apareció en sus labios, cuando otra pregunta innecesaria salió de los labios de su nuevo pupilo.

Aquel chico no dejaba de hacerle pregunta tras pregunta, y para ser sincero unas demasiado estúpidas, unas con las que no debía lidiar porque lo hacía atrasarse con su propio trabajo, para nada cómodo, y por supuesto, poco justo para aquellos estudiantes que estaban al corriente respecto a temas que semestres previos habían visto.

No asegura que todos lo supieran, pero, por supuesto, como maestro de clases avanzadas no era para nada su responsabilidad, por algo daba clases a niveles avanzados.

Algunos de los estudiantes que iban al corriente estaban poniendo sus quejas, por supuesto, estando en su total derecho, porque las preguntas de Tuan atrasaban por completo a los demás. La mayoría no quería oír sus cuestionamientos dignos de un principiante.

Después de oírlo, por quinta vez preguntar supo que debía mandarlo con otro profesor, a uno de clases iniciales, lo supo desde la primera clase.

¿El problema?

Estaban llenos, ni un alma podía habitar alguna de las salas. Era común, los años iniciales siempre estaban repletos, hasta el cuello, y a finales de carrera, JaeBeom podía disfrutar con tranquilidad grupos máximo de veinte alumnos.

-Señor Tuan, necesitamos hablar -llamó cuando la clase terminó, y todos estaban esperando para irse.

Mark Tuan, era un problema, eso lo tenía por seguro.

-¿Sí? ¿Sucede algo profesor?

Lim soltó un suspiro.

-No puedo tenerlo en mi clase -fue sincero-, me atrasa, mis alumnos no necesitan oír sus preguntas.

-Es que realmente quiero aprender -respondió, con un gesto preocupado- intenté entrar en clases iniciales, pero los profesores estaban llenos, ninguno quiso aceptarme...

-Pero no puedo atrasarme por usted, si tiene alguna idea para no dar temas que mis estudiantes base que no requieren, doy todo oídos.

Tuan hizo una mueca y bajó la vista, parecía pensar, Lim pensó que aquel chico se daría por vencido, pero alzó la vista y con toda esperanza dijo: tutorías.

¿Tutorías? Soltó una risa, divertido, ¿Que creía? Era absurdo, por supuesto, ni siquiera dejándolo terminar y negando de inmediato.

-No.

Fue simple con su respuesta.

-Tengo una vida señor Tuan, ¿Quiere que deje de tener tiempo libre para darle clases particulares? -Se mofó.

JaeBeom no iba a dejar su tiempo libre para darle clases a un niño, solo porque no había cupo con otros profesores, ¿Por qué no les decía lo mismo a los otros?

Antes de oírlo hablar miró sus ojos castaños, suplicándole, como si realmente fuese su última opción en toda la tierra, esperanzados a que dijera que sí.

-Por favor -rogó-, realmente quiero aprender.

Era la primera vez que notaba interés, en sus años previos, nadie se había acercado a él para pedir aprender, lo cuál, era un poco abrumador, era como si ese chico supiera que decir para convencerlo.

-Usted es un gran maestro -Afirmó con seguridad-, quiero ser su alumno, su pupilo.

Mark había dicho las mismas palabras a los otros profesores, la misma vieja táctica, pero con la que los otros no había caído tan fácil, pero Lim era joven, tenía un poco de esperanza, un rayo, uno pequeño, porque de cualquier modo sabía que el hombre era alguien difícil.

JaeBeom titubeó un poco, haciendo que el menor soltase una ligera sonrisa, ansioso por una respuesta afirmativa.

-Se lo ruego -se hincó frente a él, elevando sus manos haciendo un gesto de oración.

Ni siquiera Mark había planeado ello, Pero se dejó llevar por su compromiso a aprender.

Por su lado, Lim saltó, nervioso, ¿Como había hecho eso? Si alguien veía esto sin contexto alguno podría ser acusado, reportado, malinterpretando el asunto por completo.

-Bien, bien -respondió rápidamente-, ¡Te daré asesorías!

El menor alzó la vista, con una gran sonrisa, levantándose como resorte.

-¡Gracias! -gritó de felicidad, para después salir corriendo de su salón de clases, antes de que pudiera arrepentirse.

Lim se quedó ahí, por supuesto, arrepintiendose de su propia decisión.

engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora