engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]

como te conocí;

Jackson era torpe, animado y sonriente, esas eran el par de características que hacían destacar al menor, al menos eso en la perspectiva de JinYoung, y eso precisamente era lo que odiaba en el aspecto laboral, como sin importar que se aparecía con una sonrisa y unos ánimos increíbles.

A cualquiera le podría encantar esas actitudes brillantes y amables, ya que, eso hablaba de la motivación de tu trabajador para hacer sus labores, y por ende también hablaba bien de tu empresa, haciendo resaltar que había un buen ambiente que había en ella, pero nadie podría engañar a Park JinYoung, por supuesto que no, estaba seguro que todo aquello sólo era una fachada, porque lo sentía tan falso y creado a conveniencia.

Había entrado a trabajar, como cada mañana y ahí como siempre estaba su fastidioso secretario.

—¡Buenos días señor Park!— saludaba con entusiasmo, mientras el hombre solo daba un asentimiento de cabeza, sin prestarle mucha atención al hombre feliz que trabajaba para él.

"Es un incompetente", decía molesto a su esposo cada noche después de regresar del trabajo.

"¿Por qué no simplemente lo despides?" cuestionaba su esposo y era cierto ¿Por qué Park JinYoung no despedía a ese tipo? Si tanto odio y desprecio le tenía, si alegaba constantemente que lo odiaba.

JinYoung no sabía ni siquiera porque no lo hacía, su ceño se fruncía cada que su esposo le decía algo así , y luego en su mente se aseguraba de anotarlo, pero por una u otra razón nunca sucedía.

Una noche tuvo que regresar por algunos papeles que debía enviar, y lo encontró ahí, como si el trabajo lo fuese todo en su vida.

—¿Qué haces?— fue su especie de saludo.

Jackson por su lado sonrió, más de lo que cualquier persona podía hacerlo, pero su jefe solo se mantuvo inexpresivo, aún así esperaba una respuesta por su parte.

—Me quedé re-acomodando los papeles que uso, se quejó que estaban mal ordenados y que por ello no podía dar con ninguno de ellos.— habló como si fuese nada.

Park por su lado miró con un poco más de cuidado y notó el montón de documentos que estaban siendo reorganizados.

Su mente se debatió en solo dejarlo ahí o ayudarlo, no era su problema porque debía aprender a organizar las cosas, no podía quedarse ahí, pero aquel montón que parecía interminable lo hacía sentir un poco culpable, hasta el punto de debatir si debía ayudarle o no, lo cuál terminó haciendo.

—¿Por qué siempre está de mal humor?— preguntó curioso, mientras metía otro montón de papeles a una carpeta.

—No estoy de mal humor.— respondió.

—Apuesto que se vería mucho más guapo sonriendo, aunque no haría mucha diferencia, ya lo es.— comentó sin cuidado alguno, pero así era Jackson Wang.

Era un hombre bastante impulsivo.

JinYoung por su lado se quedó perplejo ante su comentario pero lo omitió, como debía hacer.

—Supongo.— murmuró regresando la vista a los papeles.

—También cuando usa esa corbata...— siguió divagando el menor.— ya sabe, la azul...

—A JaeBeom no le gusta esa corbata.— se mofó.— dice que parezco payaso.

—Pues ese tal JaeBeom no sabe nada, tus ojos resaltan de la manera más linda.— aclaró, mientras volvía al montón de papeles para  tomar otro par.

—Que manera tan mas sin vergüenza de tratar de coquetear conmigo, estoy casado.

—¿Y por qué nunca veo su sortija puesta?

—Me lastima...

—Yo creo que le avergüenza.— acotó con naturalidad.

—No me...

—Sólo es mi opinión no lo tome tan a pecho.— recalcó.

La charla se apagó , ninguno respondió de nuevo y siguieron con los documentos. Los acomodaban de acuerdo a fechas, tema de importancia, y el área al que iba dirigido.

Ninguno pensó que eso sería el incio de algo más entre los dos.

—¿Te arrepientes de algo?

Jackson se abalanzó sobre JinYoung para abrazarlo por la espalda mientras recitaba esa pregunta.

Aquel hombre cercano a los treinta se sorprendió por aquel cuestionamiento, no era algo usual oírlo decir algo así.

Volteó la vista, para toparse con esos ojos que tanto le gustaban, para luego negar.

—No.— respondió, para luego acercarse a besarlo.