divorcio ;

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JaeBeom miraba con un gesto apagado su brazo enyesado, lo movía de lado a lado. Era como un zombie, tenía la mirada perdida, e incluso su propia persona parecía desorientada, era como si estar despierto no significara nada para él, y sólo estuviese despierto por pura supervivencia propia.

Desde que abrió los ojos no estipulo ni una palabra, ni un sólo gesto, no le llamó la atención a Mark, ni le preguntó porqué tomaba su mano, ni siquiera se molestó en saber porque balbuceó y lució tan nerviosos cuando intentó explicarle porqué estaba ahí, ni en reírse por como lucía tan ansioso para lograr explicarse.

Ni una lágrima, ningún gesto latente ¿Quién era ese hombre que tenía frente a sus ojos? En definitiva prefería al maestro que por lo regular parecía tener una disciplina dura, y estricta, aquel que le miraba con recelo y lo regañaba cada que miraba a otro lado, aunque le gustaba más ese que sonreía, el que se preocupaba por él y le ayudaba en todo lo que le era posible, aquel hombre que podía tener los ojos más brillantes del mundo al hablar de cosas que amaba, el que tenía un humor extraño, pero aún así era perspicaz, alguien que mostraba todas las aristas que lo componían como persona, no aquel vegetal que estaba frente sus ojos.

 Todo lo que pedía era una reacción, lo que fuese, algo bueno o malo, no importaba, pero odiaba esa sensación de vacío que desprendía aquel hombre.

Eran pasadas las doce, el sol brillaba con intensidad, y Tuan pensó que lo mejor era que los rayos de luz entrarán por la ventana. Abrió las cortinas de la habitación, dejó que los rayos de luz iluminaran. Pensó que con ello podría quizá animarlo un poco.

BamBam, quién fue el único molesto con Mark para ese entonces, salió a llenar un par de papeles referentes a JaeBeom, y el estudiante insistió en quedarse con él, aún sino le dirigía la palabra quería hacerlo sentir que tenía alguien a su lado, aunque sólo fuera su estudiante.

Mark intentaba llevar una conversación, pero era como hablar con pared, excepto que de vez en cuando recibía una pequeña mirada, que lejos de relajarlo le daba nervios por la nula respuesta, no podía atinar a saber si le molestaba oírlo o no.

—Sabe… 

No pudo completar su oración, la voz del esposo de Lim interrumpió su oración, por fin, después de tantas horas mostrándose frente a él.

—¿JaeBeom?— ambos miraron a JinYoung — ¿Qué pasó? ¿Cómo estás?

Mark lo miró curioso, y tomó la misma actitud que su docente, permaneció en silencio y miró con cuidado al hombre que acababa de llegar.

Parecía que corrió veinte calles para venir a verlo, pero aún mantenía ese porte elegante, con el peinado bien hecho, el traje impecable y un porte con la misma imágen.

Notó un folder que reposaba entre sus dedos, y lo vio dejarlo en el pie de cama, para luego acercarse a JaeBeom. 

Mark frunció el ceño, pero no dijo nada, solo prefirió abandonar la habitación al ver cómo Park tomaba entre sus manos el rostro de su esposo y este, por primera vez en todo el rato que estuvo consciente pareció mostrar algún signo de vida.

Pasó la vista por esa carpeta antes de salir de la habitación. En realidad no pudo ver nada, pero algo dentro de sí no le daba buena espina.

Al poner un pie fuera miró a BamBam, quien no lucía mucho mejor que él, tenía un gesto cansado y hasta cierto punto molesto. Aquel porte excéntrico que lo caracterizaba lucía más como el de alguien normal, alguien fuera de fuerzas, ya no lucía tan irritante como podía llegar a serlo, lucía más humano, y eso le daba tranquilidad como para sentarse a su lado.

—¿Viste el folder que traía entre manos?

Kunpimook asintió.

—Espero que no sea lo que creo que es.

engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora