declaración;

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Ya no eran cercanos, ya no eran la pareja que solían ser, y la distancia entre ambos era cada vez más notable.

Así se sintió después de un tiempo, dónde ninguno se animaba a decir nada respecto a la decadencia de su relación, aunque no lo dijeran, aunque no hicieran nada, aunque lo dejaran pasar esperanzados a que ello se acabara y regresaran al antes, eso nunca sucedió.

JinYoung en un inició se sintió culpable, intentó dejarlo, ocultarlo, pero al cabo de unos meses aquellos sentimientos de arrepentimiento desaparecieron, al punto de ser más obvio en el asunto, si lo descubría era algo que ya no le afectaba. JaeBeom ya no lo hacía sentir especial, quizá nunca lo había hecho, eso era algo que se planteaba seguido y no fue hasta la aparición de Jackson que se percató de la realidad de ese hecho, quizá que se cruzara en su camino fue lo mejor que le pudo pasar.

JaeBeom no era tan cálido como Jackson, ni tan animado, ni risueño, por su puesto que tampoco era detallista, no era muchas cosas que creyó no necesitar y que ahora con Wang descubrió que necesitaba.

Siempre, quizá la palabra denotaba un tiempo demasiado largo, quizá los siempre no están determinados a la eternidad y solo era una palabra impuesta para crear infinitos y siempres más grandes unos que otros, siempre, aquella palabra nunca tenía sentido cuando se trataba de su esposo, y ahora se arrepentía por mucho el nunca ser valiente para darse cuenta que nunca debió estar con él, que no debían estar casados.

Nada en esta vida es un hecho, ni un anillo, una boda tampoco unía para la eternidad a una pareja, solo es una imposición, un tramite, que la misma sociedad impone.

Al ser jovenes inexpertos en la vida, tomamos decisiones que no siempre son las indicadas, el casarse sin estar del todo seguro, sin conocer de verdad a una persona, es uno de los errores más grandes que se puede cometer.

A veces en esta unión se pueden lazos más fuertes o en otras ocasiones ello mismo se den cuenta que no están preparados o no son compatibles para esa etapa llena de rutinas, de conocer los verdaderos lados de tu pareja, de esos compromisos de acuerdos no dichos, entre tantos uno de ellos es no ser infiel, y en el que justamente había caído.

Culpa.

Eso era lo que sintió cuando estaciono el coche en la casa, las luces anunciaban que su esposo se encontraba ahí, pensó en mil y un de posibilidades, pero se limitó a solo tener que enfrentar lo que debía.

Ese post tenía semanas en línea, y hasta ahora lo descubrió, JaeBeom parecía no tener idea, o nunca mostro una señal de saberlo, eso lo calmaba un poco, pero al poner un pie dentro de cas supo que estaba acabado.

Botellas de alcohol, algunas tiradas sobre el piso, otras a la mitad con la función de servir de adorno a aquella imagen, música instrumental de fondo y su esposo tirado en el suelo sosteniendo una botella como si fuera una guitarra.

En cualquier otra situación no sentiría tantos nervios o miedo, pero ahora le daba miedo verlo en ese estado.

De algo estaba seguro y era que no había cambiado la manera de superar sus problemas, la primera vez que lo había visto así fue cuando pelearon por primera vez, se encontraban en universidad y JinYoung había ido a pedir disculpas después de aquella discusión.

Recordaba aquel momento con mucho cariño, ya que le había parecido adorable ver a JaeBeom tan frustrado por algo tan pequeño, y como no iba a ser así, él siempre estuvo enamorado de Park.

Tragó duro, observó cómo su voz apenas salía en un susurro tratando de crearle alguna letra a la música.

Park sintió como su voz no iba a cooperar y en un intento de calmarse aclaró su garganta, con elló logró llamar la atención de su esposo.

—Dime la verdad.— sus ojos ahora estaban abiertos mirando desde abajo a su esposo quién se había colocado en la punta de su cabeza.

Park elevó sus cejas, pretendía no saber de lo que hablaba.

—Llevo semanas sin dejar de pensar en cuándo me lo dirás.

—¿De que hablas?

JaeBeom soltó una risa, como si aquella pregunta fuese lo más gracioso de toda su vida.

Dejó la botella de lado y se levantó como pudo, para mirar cara a cara el rostro de su esposo y luego, con una sonrisa burlona pronunciar aquella pregunta que estuvo en su cabeza por semanas:

—¿Me eres infiel?

El alcohol le daba el valor para decir las cosas de forma directa, de no tener miedo a enfrentarse a la realidad y lo sabía muy bien JinYoung, así que aunque tenía miedo, se armó de valor y respondió sin mostrar ni un poco de temor, en su lugar intentó verse seguro y orgulloso de ese par de palabras.

—Sí, te soy infiel.

engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora