¿Porquoi?

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Aujourd'hui sera un bon jour.

Hoy será un buen día.

Demain sera un grand jour

Mañana será un gran día.

Et le lendemain sera encore mieux.

Y el siguiente mañana será un día mejor.

Su nuevo lema temporal.

Una manera de recordarse porque se levantaba en la mañana.

Cuál era el punto de salir de su cuarto y continuar con su día.

Podía decirse que empezó el día de manera correcta. Es increíble lo mucho que alguien puede lograr con una sola gota de esperanza que significa el mundo, cuanta vida se inyecta uno mismo con solo esa pizca de luz.

Peridot sale descalza de su cuarto postizo. El cabello mojado y más perfumado después de una fría ducha, vestida con una polera blanca de botones con estampados de naves espaciales y pesqueros khaki.

Hubiera asumido que fue la primera en despertar si no hubiera sido por el chasquido del aceite y el denso olor que desprenden los huevos estrellados.

Peridot toma asiento en silencio, pero no tan discretamente para que Perla no la notara ahí.

—Estas despierta; más temprano que lo usual.—

Peridot pretende no escuchar el comentario. Traza la entrada del vaso con su dedo por puro aburrimiento.

Peridot solo ladea la cabeza—No es grande, lo juro.—despista Peridot, en un modo de no levantar sospechas acerca de aquella...felicidad inesperada.

Pero poco sabia Peridot, que Perla conocía todo los detalles gracias a Lapis; básicamente era cómplice de todo esto. Aunque no estaba del todo segura sobre la perspectiva de Peridot, tenía una vaga idea de que podría ser lo que siente Peridot.

—¿Alguna razón de porque?—pregunta desinteresada pero con su clásico tono alegre; ambas podían jugar este ajedrez imaginario.

—Solo bañarme temprano.—Jaque mate. Ahora Peridot prácticamente abandona el juego y se levanta de su silla para ver si aún quedaba jugo de naranja.

—Bueno, si tú lo dices—Otra movida de parte de Perla, pero en este caso ella decide terminarlo con una pregunta fuera de lugar.

Peridot encuentra lo que buscaba y vuelve a su lugar para ella misma servirse.

Perla sirve los huevos estrellados en distintos platos y va hacia la mesa con ambos platos.

Peridot toma el suyo de las manos de Perla y de paso va por cubiertos.

Perla se sienta frente a Peridot y voltea a ver a esa silla que se encuentra vacía, a ese espacio de la mesa que solo tiene un plato vacío sin usar. Ese algo que hoy le faltaba a la mañana de Perla.

Peridot deja un tenedor al alcance de Perla y se lleva el otro a su lugar.

—¿Sabes a donde se fue Amatista?¿Ó a que hora volverá, al menos?

Peridot niega con la cabeza; no fue una respuesta no muy alentadora, que digamos.

Perla solo suspira. Cuanto le irritaba que Amatista hiciera esto la mañana después de algún argumento. No variaba la manera que hacía esto, despertar con el lado de la cama frió, no saber de ella por toda la mañana, tarde y aveces parte de la noche y de pronto ella aparece como si nada nunca hubiera pasado.

Cuanto le enojaba que Amatista huyera de ella, pero a la vez le estrujaba el corazón el sentirse incapaz de ayudar ó hacer algo por ella.

—¿Tu estás bien?—Una pregunta inocente la hace desviar su cabeza de aquel remolino.

El dilema Lazuli.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora