Batería baja

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Si era honesta con ella misma, hoy no tenía ganas de llegar a Wanderlust para verla.

No. Más bien: está demasiado cansada, adolorida, débil, apática, pesada, fragmentada, tal vez hasta podría decirse un poco muerta, para llegar a Wanderlust y enfrentarse con ella.

Pero pase lo que pase hoy, Lapis trataría de mantener la compostura en el trabajo.

Tal vez durante estos días, ha sido que chica que lloraba en la cama hasta quedarse dormida. Pero hoy será una mujer empresaria que tiene demasiadas cosas en que ocuparse para tener relaciones personales.

Por más que arrastre las suelas, por más irritados que tenga sus ojos, por más vacío que sienta el pecho, un corazón roto no es una razón para faltar al trabajo, no es justificación médica para abandonar la rutina que nunca le costó mantener en primer lugar.

Al menos mientras esté en el trabajo, Lapis Lazuli Inda va pretender que Peridot Fiquet nunca entró a su vida.

En cuanto entra al lugar, parece que nada a sido movido de lugar.

Perla está discutiendo con un cliente por algún descuido, eso es nuevo.

Sadie está haciendo las bebidas que siguen, común.

Lars esta como cajero del local hablando con los clientes; vaya, ya era hora.

Y Peridot...no está en ningún lado. De hecho, Peridot no ha estado presente en toda la semana.

—De verdad que lo lamento mucho señor, entiendo lo molesto que está,—Perla parecía nerviosa, desprevenida y casi incluso usando palabras sin pensarlas.—pero le juro que está situación no se volverá a repetir.

No es de esperarse, el señor de la maleta parece aprovechar de la situación para verse un poco más intimidante (incluso parecía como el arquetipo de un jefe neurótico)—Espero que no, ¿sabes que hubiera ocurrido si no me hubieran dicho que esto tenía leche? Soy intolerante a la lactosa, un error así puede costarle y costarme mucho.

—Y mi socia se lo ha dicho varias veces, lamentamos mucho este error y esperamos solemnemente que no se vuelva a repetir.—Lapis interviene en la discusión antes de que el señor comience a hacer más escándalos.—En modo de disculpa, le volveremos a hacer su orden de manera correcta junto a un postre de su elección completamente de cortesía, ¿le parece eso señor?

El neurótico piensa que dirá.—Muy bien, pero tendrán que apresurarse, soy un hombre muy ocupado.—y un poco más satisfecho, el señor de la maleta vuelve a sentarse en el sillón para esperar su orden una vez más.

Lapis entra la mostrador y deja sus cosas en el perchero.—¿Qué pasó ahora Perla? ¿Porque el alboroto?

—No te preocupes por eso.—sonríe la ojiceleste, en modo de verse menos despreocupada.—simplemente confundí la orden y agregué leche entera en lugar de leche de almendras, fue un pequeño descuido.—

Lapis se coloca el mandil del lugar y se recarga en la barra donde se encuentra Perla rehaciendo la orden de moka caliente con leche de almendras

Pero como ya se sabe, y muy seguramente Perla lo tiene más que recalcado, Lapis suele ser muy testaruda cuando se trata de sacarle la verdad a alguien.

—Algo pasó.

—¿Qué? ¿Porqué lo dices?

—Me has evadido toda la semana, has estado más callada que lo usual, te ves mucho más cansada, y además.—Lapis por primera vez, observa con verdadero detenimiento a Perla simplemente para escarbar alguna señal en la mirada, pero las pruebas que encuentra son mucho más tangibles.

El dilema Lazuli.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora