Antes de todo

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Todos tenemos ese día entre nuestros recuerdos.
Usualmente es un día que recordamos hasta la hora exacta del suceso precisamente por ser algo muy importante en nuestras vidas, usualmente se relacionan con el cambio; ya sea la salida de un agujero negro o la entrada de la boca del lobo. Siempre está esa memoria tatuada en nuestro pasado, usualmente es muy difícil de esconder o de diluir por tratarse de una memoria que se convierte en lo que nos define como personas.

Esta abierta a interpretación el significado de esas huellas que dejo el pasado.

Esta huella de sus vidas empezó también el mes de Agosto. Parecía tratarse de otro día que lo único que traería a la mesa es otra marca en el calendario. Parecía ser otro día de trabajo en Wanderlust, parecía ser otro simple juego de "yo nunca nunca" para charlar mientras Lapis ayudaba a Lars (ese día Sadie tuvo que faltar por el ensayo general de su banda.)

Tras haber terminado de reír con un comentario hecho por alguna de las dos, Lapis concede el turno a Peridot mientras prepara dos lattes de vainilla para una pareja que suele venir aquí seguido.

Y en ese turno concebido, la francesa afirma:
"Yo nunca nunca...he visto el mar"

Lapis inmediatamente voltea la cabeza para ver a Peridot.—¿¡DE VERDAD NUNCA HAS VISTO EL MAR?!

Perla le llama la atención desde la cocina por tercera ocasión, Perla no le gustaba cuando había ruido externo a las pláticas en el café y la música acústica que suelen poner de ambiente.
Además, ese día en específico había tenido una pelea muy fuerte con Amatista al confrontarla de sus desapariciones repentinas.

—¿De verdad nunca has ido al mar?—Susurra entre las dos.

—No lo se, yo no recuerdo ir a la mar cuando vivía con mère en Nantes,—Peridot carraspea y se acomoda los lentes.—Tampoco fui a la mar porque mis abuelos no viajan, Grand-père tenia mucho trabajo en campo y Grand-mère no le gusta salir de Alsance.—

—Wow...¿no me estás mintiendo?—

—No miento...yo nunca nunca he visto el mar.—Peridot da una sonrisa nerviosa.

Lapis no podía creer que en verdad hubiera alguien que nunca en su vida había visto el mar mientras que ella prácticamente lo tenía muy presente en sus recuerdos.

Lapis deja las dos bebidas en la barra y llama los nombres de la pareja de clientes. Tras haber hecho eso, Lapis vuelve a posar su mirada en los ojos esmeralda de Peridot.

—Peridot...—Lapis comienza a hablar.—¿Recuerdas que teníamos planeado ir al museo de Arte de la ciudad?

—Eeeeh...Nuestra idea era ir al museo de Ciencias Naturales. Pourquoi?—

—Mejor no vamos al museo, cambie mi opinión.

Quoi? LAPIS!—Peridot prácticamente hizo un puchero al escuchar ese comentario; le había tomado mucho tiempo para convencer a Lapis de ir y al final de todo, esas promesas falsas para que Lapis quisiera ir al museo no sirvieron de nada.—¡NO PUEDES HACER ESO, LO PROMETISTE!

—De hecho, tú me prometiste pagar la cena, yo no prometí nada de ir al museo.—Una sonrisa pícara se asoma mientras argumenta contra Peridot.

Peridot rueda los ojos acompañándolo de un sonido parecido a un gruñido.—BIEN, ¡¿QUELLE EST TA STUPIDE IDÉE DI MERDE?!

—¡NI ME DEJASTE HABLAR Y YA ESTÁS RECHAZANDO LA IDEA!—

Peridot se hunde en la silla con los hombros cruzados, hasta parecía una niña haciendo berrinche con esa expresión que hace Peridot de inflar los cachetes y arrugar la nariz al fruncir el ceño.

El dilema Lazuli.Where stories live. Discover now