12. Jefe

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Valka llegó volando sobre el pequeño Nadder junto a todo el pueblo a sus espaldas.

—¡No! —lloró; sus manos hacían el fallido intento de romper el hielo.

Nightshade se acercó con un rugido mientras olfateaba el hielo, y estuvo a punto de lanzar una de sus bolas de plasma para romper el hielo, pero se detuvo al ver la luz. Un azul helado que se esparcia por el hielo que los cubría, acompañado del característico rugido del Furia Nocturna. Ella fue capaz de sentir lo que se avecinaba y se encargó de alejar a Valka de allí.

La luz azul brilló con tal intensidad que el dragón de ojos como el mar se vio obligada a bajar la vista para que no le hiciese daño.

La gruesa capa de hielo explotó dejando caer miles de pequeños fragmentos, el humo y la tierra que se había alzado le impedía la vista a los demás, y cuando se dispersó, lo vieron.

El Furia Nocturna yacía en el suelo, desde su hancha cabeza se podía distinguir el mismo brillo azulado que se expandia por las aletas que recorrían su lomo hasta la cola.

El dragón levantó la cabeza le rugió colerico al Salvajibestia. De entre sus alas Mérida e Hiccup se revelaron con una sonrisita de alivio. Chimuelo volteó a verlos con un ronroneo para asegurarse de que ambos estuviesen bien, y al comprobarlo los dejó atrás, voló hasta uno de los picos de hielo que llevaban dirección al gran dragón blanco. Su cuerpo con destellos azules arqueado, su amenazante mirada de un verde electrizante y su potente rugido sólo podía significar una cosa.

—¡Está retando al alfa! —exclamó Hiccup incrédulo.

—¡Para protegerte, hijo!

Nightshade voló junto a Chimuelo, y fue cuando la primera bola de fuego impactó en la inmensa cabeza del Salvajibestia, y fue seguida por muchas más sin darle la ventaja de recuperarse al dragón.

Los dragones que volaban a su alrededor dejaron aquél trance al alfa estar perdiendo su dominio sobre ellos, que poco a poco pasaba a Chimuelo.

El dragón negro voló nuevamente al suelo para aterrizar frente a Hiccup y Mérida, protegiendo a ambos. Rugio llamando a todos los dragones a luchar a su lado, y éstos no dudaron en volar de su lado para esperar a la siguiente orden.

Drago comenzó a desesperarse.

—¡No, no, no! —gritaba mientras subía por la cabeza para dirigirlo— ¡Pelea, pelea! ¡¿Qué es lo que pasa contigo?!

Los vikingos con los dragones de su lado decidieron hacerle frente a la situación. Hiccup y Mérida subieron sobre sus respectivos dragones. Mérida volaba entre dragones de diferentes colores, mientras que el castaño y su dragón yacían nuevamente sobre uno de tantos picos de hielo que había en el pueblo.

—¿Ahora lo entiendes? —rugió Hiccup y señaló todos los dragones a sus espaldas— ¡Esto es ganarse la lealtad de un dragón! Termina esto, ahora.

—¡Jamás! ¡Acabalo! —Le ordenó al Salvajibestia.

El dragón abrió sus fauces listo para dejar salir su aliento helado, más Chimuelo se limitó a darles una simple orden a sus dragones, atacar. Las fauces de miles de dragones se abrieron listos para disparar los tiros que tenían.

¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco...! Eran bombas de lava que impactaban sin piedad sobre el dragón blanco, nada de tregua. Chimuelo asintió conforme con lo que estaba recibiendo, el humo comenzó a cubrir parte de la gran cabeza y ante los disparos, Drago se vio obligado a esconderse tras uno de los picos escamosos que sobresalía de la cabeza del Salvajibestia.

—¡Pelea! —berreó, aterrado.

Gruñó en cuanto una de las bolas de plasma de Nightshade impactaron contra su brazo metálico, dejando aquél muñon al descubierto.

BRAVE DRAGON ━━ mericcupWhere stories live. Discover now