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Habían pasado once años. ¿Quién iba a decir que aquellos pequeños de cuatro y seis años terminarían siendo fieles mejores amigos?

Pues así lo eligió el destino.

Ahora los "pequeños" tenían quince y diecisiete años de edad.

Afuera se escuchaban grandes gotas de lluvia caer, todo se encontraba blanco al rededor gracias al sereno que habitaba esa noche en Seúl.

Pero lo que más odiaba Kim TaeHyung era ver a su mejor amigo en el estado de ahora.

— ¡Jeon Jungkook, te exijo que tomes tu medicina y me evites la pena de ir a decirles a nuestras madres que no quieres hacerlo!— El ahora castañito llevaba toda la mañana haciendo berrinches, su medicina le tocaba hace quince minutos y aún no se la tomaba. Kim TaeHyung estaba al borde de perder la poca paciencia que le quedaba.

— ¡No quiero! Es asquerosa.— Miró el frasco de mala gana.

— Eso te pasa por estar brincando en la lluvia. Ahora, ¡tómala!— el castañito frunció el ceño y le dió la espalda a su mayor tapándose completamente el cuerpo con la suave manta de color coral.

— Quieres que me la tome y me tratas horrible...— Hizo pucheros y fingió estár llorando como si de un niño pequeño se tratara. Jeon Jungkook definitivamente no había cambiado en nada, seguía siendo aquel niño berrinchudo, llorón y extremadamente tierno, y eso era lo que a TaeHyung le encantaba.

Cada vez que el mayor miraba a Jungkookie su corazón se sentía latir más rápido.

— Oh...— TaeHyung reaccionó al instante, dándose cuenta de que en realidad si reaccionó de manera brusca y se pasó con Jungkook— Lo siento, mi bebé, es sólo que no quiero que sigas enfermito. Así que, por favor, toma tu medicina mi amor, ¿Sí?

— E-es que eres muy malo conmigo...— Dijo hablando con voz de niño pequeño, aún con los pucheritos tiernos.

— Ya, bebé. ¿Qué hago para que me perdones, Jungkookie?— Jungkook sonrió malicioso.

— ¡Acuéstese conmigo!— TaeHyung abrió los ojos como plato, no esperaba que su Jungkookie le pidiera algo como eso.— ¿Qué? ¿Dije algo malo?— Y el semblante de TaeHyung cambió a uno más relajado, rápidamente negando con la cabeza.

Sustos que dan gusto. Su Jungkookie seguía siendo inocente.

— Bien, pero para eso tienes que tomar esto.— Apuntó al frasco de aquel asqueroso líquido.

Jungkook asintió y tomó el frasco, una cuchara y rápidamente pasó la cuchara por su boquita, tomando de una aquel líquido asqueroso con su cara de asco a lo último. TaeHyung río pareciéndole lo más tierno del mundo.

— ¡Venga!

Jungkook se acostó nuevamente tomando de la mano a TaeHyung y guiándolo a su cama, a la misma vez que le daba un espacio. TaeHyung se acostó y Jungkook rápidamente se apegó al pecho de éste, aspirando el rico olor de su varonil perfume. TaeHyung tomó la estrecha cintura del menor con una de sus largas manos y se aferró a ella.

— Eres tan lindo, tan tierno, tan precioso, tan perfecto. Eres..

— ¿Qué cosas dices?— Interrumpió Jungkook, sonrió y un lindo carmesí adornó sus mejillas, sin embargo, hundió más su rostro para que TaeHyung no lo notara.
Los halagos en aquella parejita de amigos nunca faltaban, pero Jungkook aún no se acostumbraba a ellos, no había momento en que no se sonrojara o avergonzara por una linda palabra de su mayor.

TaeHyung no dijo nada, solo sonrió y depositó un dulce beso en la frente del menor. Ambos cayendo en aquel encantador sueño.

 Ambos cayendo en aquel encantador sueño

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¡Quiero a ese niño, mamá! [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora