Con mi hijo no.

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Jack volteó a ver a Castiel y sonrió. Disfrutaban de una película juntos, y le hacía sentir en paz. Se había aferrado tanto a un simple recuerdo que tenerlo aquí le parecía irreal. Su conexión era increíble, como si se conocieran desde hace siglos; y supuso que eso también era lo que le molestaba a Dean. Sam le había comentado sobre la relación que estaba surgiendo, pero luego de eso, Jack no vio ningún acercamiento entre el ángel y el cazador.

Es más, ahora mismo Dean estaba en un bar, mientras Cas prefería pasar tiempo viendo películas con él.

- Voy por un refresco. – Avisó, quitándose las mantas de encima.

No le sorprendió encontrarse con el rubio hermano Winchester, lo que le asombró era que llegara tan temprano. Dean había tenido una noche de mierda. Borracho intento coquetear, borracho fue bateado.

- ¿Dean? – Llamó tímidamente el menor.

- ¿Qué quieres, mocoso?

- Cas y yo vemos una película, me preguntaba si... -

- Cas me odia. – Declaró, mirando directo al chico con esos aterradores ojos. - ¿Adivina de quien es la culpa? –

Jack lo sabía, y también comprendía el tono mordaz que el cazador usaba. Tomó su refresco de la heladera y se marchó de vuelta a la habitación. Se acurrucó en los brazos de su padre como si huyera de una pesadilla. Cas le abrazó, cubriéndole con las mantas y curioso de saber por qué este repentino comportamiento.

- Cas, ¿Por qué pelearon Dean y tú?

Castiel no sabía que el nephilim estaba enterado de su confrontación, temía que se sintiera culpable por ello y por eso no se lo había contado el mismo.

- Dean ya no es el mismo. – Sopesó, en ese tono triste que a Jack no le gustaba. – Cuando me expresó sus sentimientos, pensé que era un nuevo Dean, que había mejorado. Pero mi perdida solo empeoro muchos aspectos de él.

- ¿Entonces no es mi culpa?

No tenía idea de lo que el rubio le había dicho a Jack, pero estaba seguro de que fue él quien planto la duda en la mente infantil del chico.


Dean se arrastró hasta su cuarto en un mundo demasiado borroso. Se quitó los zapatos, y repentinamente fue estampado contra la pared, un dolor agudo recorrió su columna.

- Escúchame bien, Assbutt. – Dijo en ángel, apretándolo dolorosamente contra la pared. – La próxima vez que le metas tus estúpidas ideas en la cabeza a mi hijo, desapareceré con él llevándolo muy lejos de tus idioteces. No voy a soportar un segundo más de tu comportamiento de mierda. –

Un puñetazo atravesó la cara del cazador, haciéndolo sangrar. No dolía gracias al adormecimiento del alcohol, pero se sentiría horrible al amanecer.

- Pensé que lo peor de ti era culparte por todo; pero resulta que ahora culpas a un pobre niño para no tener que lidiar con tus jodidos demonios. Muchas veces me callé frente a tus mierdas, pero no con mi hijo. Te guste o no es mi hijo, y no voy a permitir que tu porquería lo ensucie. – Sentenció, soltándolo de sopetón.

Dean cayó sentado. Todo su maldito torso dolía y la imagen borrosa de Castiel saliendo de la habitación fue lo último que vio antes de dormirse.  

Want you back.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora