T3 | C3

14.2K 1.2K 176
                                    

El caso de la guardavidas perdida:

Esa misma noche, los cuatro comieron en casa de Katherine; hicieron sus teorías y siguieron analizando las oraciones extrañas de la grabación rusa.

— Deberías atender, ese teléfono ya ha sonado unas cinco veces...

Kate bufó y se levantó de la hamaca, arrastrando los pies hasta la cocina, dónde estaba el maldito teléfono. Desde el ventanal que daba al patio, podían verla, hacía tantos gestos que no era difícil imaginar algo de su conversación. Enredó un mechón de cabello en su dedo y rio, virando sus ojos con gracia; Dustin y Robin miraban a Steve, a un ceñudo Steve, y después cruzaron miradas algo cómplices.

— ¿Entonces cuanto falta para su cumpleaños?

— Dos días... —respondió Steve mirando su reloj; aún faltaba un rato largo para las doce.

— Max dijo que haría una gran fiesta, y Mike propuso que nos colemos —comentó Dustin. Steve lo miró.

— No hará una fiesta. No dijo nada de una fiesta.

— Es Katherine Clifford... —dijo Robin un poco obvia— He escuchado hablar de sus fiestas de cumpleaños durante toda mi vida.

— ¿QUIEREN TOMAR ALGO? —gritó sacando la mitad de su cuerpo por la ventana. Todos negaron.

— Ya es hora de que lleve a Dustin a casa —dijo Steve levantándose. Dustin lo miró con las cejas arrugadas—. Vamos.

Y haciendo caso omiso a las respuestas negativas, Katherine le ofreció una cerveza a Robin, quedándose solas.

— No tengo idea como quede metida en esto —suspiró con una sonrisa—. ¡Rusos! —rieron.

— De hecho, no puedo creer que lo diga, pero me he divertido esta noche —respondió Robin—. Quizás más que descubrir un misterio se trata de eso.

— Sabes que sí. Es eso... —entrecerró sus ojos y la miró fijo, intimidándola— Así que... ¿Steve?

— Steve... —Katherine no pestañeaba, la miraba atenta en espera de una respuesta— ¿Steve qué...?

— Trabajas con él.

— Sí... —Robin estaba totalmente desconcertada, pero no era tonta, sabía por dónde iban las preguntas de Kate.

— Es muy sensible.

— ¿Steve? —rio.

— Sí, ten cuidado.

Robin abrió sus ojos como platos. ¿Katherine estaba amenazándola?

— Entre Steve y yo no pasa nada —se defendió un poco alterada.

— Hum...

— Mira, él no es mi tipo, para nada. Pero, ¿estás interesada en él?

— Es mi amigo —esquivó la pregunta—. Y aun no supera a su ex, que le rompió que el corazón... no la supera... —repitió negando, dando un sorbo a la cerveza.

— Es una mierda. La decepción amorosa, aún más si es la primera.

— No lo sé. Creo que nunca me ha pasado —rio, encogiéndose de hombros. Robin arrugó sus cejas, estaba sorprendida. Kate negó, levantándose para subir el volumen de la música— ¡Amo Footloose! —la atrapó de ambas manos y la levantó del sillón, obligándola a bailar.

— Kate. Kate... —decía— Creo que Steve no volverá, debería irme.

— Puedes quedarte. No hay drama.

𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora