T3 | C7

12K 1K 173
                                    

La Picadura:

Todo el grupo se subió al carro, con Kate al volante y Dustin de copiloto, el resto atrás.

— Cielos, ve más despacio, Kate —se quejó Steve, metiendo su cabeza entre los asientos, dándole un inesperado beso en la mejilla.

— ¡Concéntrate o chocarás, Katherine! —gritó Dustin, mirando muy mal a Steve, empujándolo de la cabeza hacia atrás— Tú no molestes.

— ¡Más despacio!

— Si, ¿qué es esto? ¿La Indy 500?

— Es la Indy 300.

— No, bobo, 500.

— 300

— Digamos un millón —los dos estallaron a carcajadas.

Dustin miró a Katherine con el ceño fruncido.

— ¿Qué demonios les pasa?

— No lo sé, pero, Érica, no los electrocutes —rogó.

Cantaron durante unos minutos, hasta que el silencio fue muy sospechoso, Katherine giró su cabeza y descuidó el camino.

— ¡Cuidado! –gritó, muy tarde, Dustin.

Habían chocado contra unos barriles.

— ¡KATE! ¿ESTÁS BIEN? —gritó Steve.

— ¡Ay, Dios, cállate! —chilló Érica, abriendo la puerta trasera.

— Debemos irnos. Ya.

— ¡Rápido! ¡Bajen! —Steve y Robin estaban acostados en el suelo del carrito. Tuvieron que tirar de sus piernas para bajarlos.

— Es ahora o nunca —dijo Dustin y pasó la tarjeta, abriendo la puerta que los llevaba al depósito elevador.

Mientras subían, Robin y Steve imaginaban que surfeaban sobre un carrito de rueditas. E iba a terminar mal. Dustin suspiró alto.

— ¿Qué les pasa? Parecen ebrios.

— ¿Por qué estarían ebrios?

— ¡Kate, nací para esto! ¡Mira! —exclamaba, emocionado.

Katherine lo observaba con detenimiento. En realidad, parecía que estaban drogados. Robin, entre risas, empujó el carrito y chau Steve. Katherine se arrodilló a su lado y tomó la temperatura de su frente con la mano.

— Estás caliente. Tenes fiebre...

— ¿Y tú? —preguntó con cierta mueca. Robin rio.

— No puedo creerlo —susurró ella, levantando ambas manos—. Steve, concéntrate. Mírame...

— Feliz cumpleaños.

— Cállate —gruñó, mientras le abría los parpados. Tenía las pupilas super dilatadas, giró y miró a Dustin—. Están drogados. Los drogaron.

Volviendo a Steve, el dedo índice de él picó la punta de su nariz.

— Pup —dijo, haciéndola soltar una pequeña carcajada.

— Steve, ¿te drogaron? —preguntó aguantando las risas.

— ¿Cuantas veces tengo que decírtelo? No me drogo, es solo marihuana, mamá —agarró la cara de Katherine, y ella se rio.

— No es gracioso, Katherine, tenemos que saber que le hicieron. ¿Va a morir? —Steve jugaba con el pelo de Katherine.

— No creo que...

𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora