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Mis amigas se han marchado hace ya casi una hora, debían alistarse para ir a clases. La noticia de la muerte de mi abuela surgió tan de pronto que ayer no les dio tiempo a preparar nada, querían verme cuanto antes.

El fin de semana se pasó más rápido de lo que me hubiese gustado. Aunque pensándolo bien, con todo lo que viví en esos pocos días... mejor que haya terminado.

En cuanto al duelo que estoy atravesando, debo decir que hoy me siento mucho mejor. Es un día nuevo, totalmente diferente. Ya no lloro, pero eso no significa que todavía no duela. Duele como mil demonios, solo que lo tolero mejor.

Aun tengo una hora antes de ir a clases. Debería levantarme, arreglarme un poco y desayunar, pero es que la cama se siente demasiado bien, que decirles.

Y sí, a pesar de todo iré al instituto. No quiero quedarme aquí a llorar, tengo que superarlo. Y la mejor manera de hacerlo es estando rodeada de mis amigos, incluyendo a Kyle en la bolsa.

Recuerdo la última conversación que tuve con él y me ruborizo de solo pensarlo. Me hizo pasar un mal trago en el entrenamiento, antes de ser atacados por Argus y su séquito. No puedo creer que haya intentado besarme. Por más que lo hizo pensando en su novia, ¡fue una jodida locura! Ahora no sé como lo veré a la cara sin sentir vergüenza y enfado hacia él.

Lo peor de todo es que aun no he hablado del tema con Dylan, no se lo he mencionado en ningún momento. En mi defensa, no he tenido tiempo de hacerlo. Además, no necesita saberlo, si al fin y al cabo no sucedió nada, ¿verdad? ¿Para qué preocuparlo? Todo fue un mal entendido.

Que emoción, le ocultarás algo a Dylan sabiendo que ya no hay más secretos entre ustedes. Que rebelde eres. Me agrada esta Caitlin.

Maldición, ¿intentas hacerme sentir culpable, conciencia?

No quiero hacer sentir mal a Dylan, o enfadarlo. Causaría una disputa con Kyle y este no es el momento de peleas, como están las cosas ahora debemos mantenernos lo más unidos posibles.

¿Cómo un trío?

¡No!

Que bien, ahora estoy discutiendo conmigo misma. Creo que ya se me zafó un tornillo.

Quito de un manotazo las sábanas de encima mío y me levanto de la cama para dirigirme al baño a hacer mis necesidades. Me duché a la medianoche, así que no necesito hacerlo hasta más tarde. Ahora solo debo arreglarme para ir al instituto.

En estos momentos estoy sola en casa. Dylan me avisó que vendría en un par de minutos, y mis padres volverán esta semana, según me dijeron. Mamá quiere quedarse unos días con el abuelo para hacerle compañía, y yo lo comprendo. Papá es el único que podría volverse, pero sabiendo como es él, se quedará con mamá hasta el último día en que ella decida volver.

Salgo del baño y voy directo a mi armario a buscar algo que ponerme hoy. Rebusco entre todas las prendas que tengo ordenadas gracias a mi madre, porque si fuese por mí...

Justo cuando estoy por tomar una camisa a cuadros, dos fuertes brazos me rodean la cintura por detrás, haciendo que mi corazón comience a latir desbocado al reconocer enseguida su aroma.

Dylan.

Sus labios depositan un tierno beso en mi nuca, provocando que se me erice la piel.

Admito que lo extrañé demasiado durante la noche, casi me he acostumbrado a su presencia en mi cama antes de dormir.

Me volteo entre sus brazos y quedo con el rostro a un palmo del suyo. Es entonces cuando me percato de algo que me deja desconcertada.

La piel de su bello rostro, siempre impoluta, ahora está marcada en la zona de su ojo por un hematoma a punto de desaparecer.

CAITLIN | LIBRO I ~ Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora