LIV- parte I

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Los siguientes días son los más tranquilos y pacíficos de toda mi existencia. A decir verdad, tanta tranquilidad me tiene un poco descolocada. Ya casi que me he acostumbrado a vivir bajo la paranoia, y no se hasta que punto eso es bueno para mi salud mental.

Mis papás han vuelto de Colorado, y Taylor hace apariciones más frecuentes ahora que ya sé su secreto. Es más fácil correr hasta Idaho que tomar un vuelo cada vez que deba venir a entrenar o ver a mi amiga.

Han pasado ya diez días y aun no se sabe nada de Sarah ni de Argus. Ninguno de sus discípulos tampoco ha venido a reclamar a esos dos últimos visitantes que terminaron carbonizados.

Taylor, en su última visita de hace dos días, dijo que Argus podría estar planeando otro ataque, que debíamos estar atentos. Ya sabe de nosotros, sabe de nuestro poder, no tardará en volver a buscarnos para terminar con lo que no pudo. ¿Es que no se da cuenta que ni siquiera buscamos problemas? Detesto que esto tenga que ser así.

—Quisiera que fuese Halloween todos los días —la voz de Jill me saca de mis pensamientos.

—Yo igual —la secunda Penny.

Estamos echadas en el césped de la parte trasera del instituto, disfrutando los pocos minutos que tenemos de recreo.

Hoy es Halloween. Toda la ciudad está decorada con calabazas y temáticas terroríficas. Incluso el instituto ha sido decorado por los mismos estudiantes y profesores. Los pasillos están llenos de telarañas falsas, murciélagos de papel e incluso han conseguido esqueletos de plástico para poner en algunos rincones.

Hoy se hará una gran fiesta justo en el gimnasio, y todos los estudiantes de distintos años están invitados. Muchos de mis compañeros de clases, y de otras, han estado toda la mañana corriendo por los pasillos con las manos llenas de guirnaldas. Con mis amigas colaboramos con la iluminación al igual que lo han hecho otros, pero solo nos permitían hacerlo por turnos, no más de quince minutos por persona y debíamos volver a clases.

—Sí, a mí también me gustaría —susurro con la mirada en el cielo despejado, hoy no hay ni una sola nube sobre nuestras cabezas.

Siempre espero ansiosa a esta fecha. Adoro ver la ciudad decorada con las más ingeniosas ideas. Incluso mi padre puso en el porche un esqueleto que tiene sensor de movimiento. El que se acerque menudo susto se va a llevar.

—Tengo que ir a la tienda a buscar mi disfraz, ¿ustedes ya pensaron que se pondrán? —pregunta Jill con emoción.

—Con Dylan seremos una pareja de novios zombis, ya me compré mi disfraz —les comunico, y luego le doy un sorbo a mi refresco de limón.

—Yo seré Catwoman, seguiré el estilo de Anne Hathaway en la película —nos cuenta Penny, sonriendo con satisfacción.

—¿Y tú Jill? —le pregunto a la rubia, que está dándole un gran mordisco a su sándwich de mantequilla de maní y jalea.

—Yo seré la sexy enfermera que tiene una aventura con el sexy doctor de su hospital —nos comenta con la boca llena.

—¿Vendrá mi hermano también? —le pregunto sorprendida.

—Claro que sí, dijo que una fiesta...

—... no es lo mismo sin Taylor Blair, nena —terminamos la frase Penny y yo.

Las tres nos echamos a reír. Tantos años juntas que ya conocemos a cada uno de nuestras familias.

Estos días me han sentado muy bien. Con Dylan estamos en el mejor momento de la relación, no hay peleas ni enfados. Los entrenamientos han ido a la perfección. Las cosas comienzan a acomodarse en sitio muy rápido y eso es un gran respiro para ambos, para todos. Aunque no bajamos la guardia, en ningún momento lo hacemos.

CAITLIN | LIBRO I ~ Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora