Pesadilla [COMPLETA] [+18]

Capitulo 4

No puedo sacar de mi cabeza lo que me dijo aquella mujer, ¿Será verdad o solo intenta hacer que regrese para comprar algún artefacto raro de esa tienda? Había escuchado que la mayoría de las personas que se dedican a ese tipo de "empleo" suelen ser más de ayuda que de estorbo. La chica no tenía look de mala persona pero bueno, supongo que el trabajo es trabajo, quizás solo quiere que cambie mi opinión respecto a todo ese mundo en el que ella vive... ¿Y si lo decía en serio? No creo, pero en cuanto me vio comenzó a saber cosas de mí ¿Tendrá algún poder raro?...

—Oye ¡Sorda!— Gritó Sunny sacándome de mis pensamientos— ¿Estás bien?, has estado bastante callada desde que salimos de la tienda

—Estoy bien es solo que...— No pude contarles de mi pequeña y extraña conversación con aquella chica, ya que apareció el mesero dejándonos nuestra orden.

—¡Por fin! Muero de hambre— Exclamó Anne una vez que el mesero se marchó— Sé que no suelo comer estas cosas pero creo que la situación lo amerita y tengo antojo. Un poco de tarta de manzana no le cae mal a nadie, ¿No creen?

—Pues pareciera que todas queremos celebrar a nuestra manera— Se unió Stella a la conversación— Tan solo mira la mesa, no había visto tantos postres juntos desde que teníamos 10 años

—Parece que será un fin de semana lleno de cosas distintas— Continuó Rose

—Cambiando el tema...— Comenzó Sunny— Dinos Luna, ¿Cómo van las cosas con Hank?

¿Por qué me hacen siempre la misma pregunta por todos lados? Hank es mi prometido, por lógica, mi novio, también es hijo de unos de los mejores amigos de mi padre. Nos comprometimos hace 9 años, cuando yo tenía 13 y él 21. ¿El motivo? Simple, la fusión de la empresa de mi padre que es la mejor en todo España con la de su amigo que es la mejor en toda Inglaterra, la mejor de las combinaciones, supongo...

Hank ha sido un buen novio pero es demasiado amoroso, desde que cumplí 17 y de que comenzó a dormir en mi casa algunas noches no para de intentar tener sexo conmigo. Estamos comprometidos, es normal que quiera tener intimidad pero no puedo evitar rechazarlo. Le tengo todo el cariño del mundo por el tiempo que hemos convivido y por la relación que hay entre nuestras familias pero no lo quiero como una mujer quiere a un hombre, desde hace algún tiempo comencé a hacerme la idea de que las cosas serán así una vez me case, al parecer será dentro de un año; nuestros padres ya están por comenzar con los preparativos.

—Todo va de maravilla, su madre me dijo hace unos días que dentro de unas semanas empezaran a planearlo todo— Lo dije con resignación. Haciéndoles ver lo feliz que estaba.

—Estoy tan emocionada, pronto nos casaremos con hombres guapos, exitosos y ricos— dijo Anne para después comer un trozo de tarta

Todas teníamos compromisos arreglados, ellas están contentas con sus relaciones; no podría expresar mi descontento ante ellas, la idea de todas casarnos el mismo año como mejores amigas les causa demasiada ilusión, me sentiría mal si les cuento como me siento realmente.

—Saben, regresemos a aquella tienda, ofrecen lecturas de tarot. Podremos saber cómo nos irá en nuestras vidas de casadas— Propuso Sunny

—Por mí no hay ningún problema— Dijo Rose— Será divertido

—Vayamos si es lo que quieren— Mencionó Stella

Anne estaba encantada con la propuesta y a mí me daba igual, ya sé cómo será mi vida de casada: un asco.

Terminamos lo que comíamos, pagamos y nos dirigimos a la pequeña tiendecilla de la que horas antes habíamos salido. Al llegar nos recibió la chica con la que había hablado

—Hola chicas, tardaron un poco más de lo que creí— Comentó la mujer una vez nos vio— Pero pasen, en seguida iré para darle a cada una su lectura

Nos quedamos con la boca abierta, no habíamos hecho nada más que llegar. Anne agradeció y pasamos a la pequeña habitación que me había intrigado esa mañana, nos sentamos, luego de un rato llegó la chica con un mazo de cartas.

—Bien, ¿Quién va primero?

—Hoy es tu día, bebé; tu primero— Anne se dirigía a mí, nadie objetó ante ello. Quien nos atendía comenzó a barajar las cartas y a sacar unas cuantas.

—Muy bien, comencemos...