XIII

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El joven tritón se escabulló del gran salón sin ser visto por nadie. Este se encaminó hacia el temible torbellino, el cual era la salida del maravilloso reino submarino.El joven príncipe nunca había salido de la ciudad y muchos menos había seguido aquel camino, en el que no crecían flores ni algas; un suelo arenoso, pelado y gris, se extendía hasta la fatídica corriente, donde el agua se revolvía con un estruendo semejante al de ruedas de molino, arrastrando al fondo todo lo que se ponía a su alcance. Para llegar a su destino , nuestro tritón  debía atravesar aquellos siniestros valles llenos de muerte y remolinos estruendosos.

Dado momento el camino siniestro terminó y solo un precipicio obscuro estaba a la vista.

-Wow- dijo el pequeño príncipe cuando miró a bajo, las corrientes allí eran aún más fuertes. Un pequeño sonido llamó su atención antes de continuar con su camino. Se volvió hacia todos los lados y no vio nada.-Quizás es el viento- se convención para si mismo.

Jimin bajó por el gran precipicio las corrientes jugaban con su frágil cuerpo llevándolo de un lado a otro. Pero lo consiguió por fin llegó.

En medio de un extraño bosque se encontraba una mansión de colores obscuros y grandes ventanales, pero no era tan fácil entrar. El pequeño príncipe se adentró más hasta llegar al gran jardín delantero de la mansión .Todos los árboles y arbustos eran pólipos, mitad animales, mitad plantas; parecían serpientes de cien cabezas salidas de la tierra; las ramas eran largos brazos viscosos, con dedos parecidos a flexibles gusanos, y todos se movían desde la raíz hasta la punta.

Estos rodeaban y aprisionaban todo lo que se ponía a su alcance, sin volver a soltarlo, un cangrejo tuvo la mala suerte de ser descuartizado por uno de estos raros seres. Jimin  se detuvo aterrorizado ante aquel escenario.

El  corazón del joven latía de miedo y estuvo a punto de volverse al palacio ; pero al. pensar en el príncipe y en que podría estar junto a el  le infundió de nuevo  valor. Dobló firmemente las manos sobre el pecho y se lanzó hacia delante como sólo saben hacerlo los peces, deslizándose por entre los horribles pólipos que extendían hacia el  sus flexibles manos tratando de atraparlo. Vio cómo cada uno se mantenía  aferrado gracias a una cadena de hierro que  había logrado sujetarlos.

Aquello era horror puro para el menor , cadáveres humanos descompuestos se veían allí. Algunos muertos en el mar y hundidos en su fondo, salían a modo de blancos esqueletos de aquellos demoníacos brazos pertenecientes a los pólipos . Apresaban también remos, cajas y huesos de animales terrestres; pero lo más horrible era el cadáver de una sirena, que habían capturado y estrangulado.

Llegó luego a un mal oliente pantano, donde se revolcaban enormes serpientes acuáticas lucían repugnantes con ese color verde oscuro y el olor putrefacto que salía de su habitad . En el centro del lugar se alzaba la gran mansión , construida con huesos blanqueados de náufragos humanos. No había rastro del chico de cabellos morados , solo se podía ver una blanquecina sirena con la cola algo dañada llamar a las gordas y horribles serpientes acuáticas sus polluelos y alimentarlas con pequeños pececillos.

|𝕯𝖊𝖊𝖕 ,𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖔𝖈𝖊𝖆𝖓| 𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora