|𝕯𝖊𝖊𝖕 ,𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖔𝖈𝖊𝖆𝖓| 𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓

XVI

JIMIN

Después de la decisión del joven príncipe , la bruja se puso manos a la obra. Comenzó agarrando dos serpientes y haciendo un nudo en ellas ; luego, se araño la palma de la mano hasta que asomó su negra sangre, echó unas gotas de ella en el recipiente. El vapor dibujaba las figuras más extraordinarias, capaces de infundir miedo al corazón del joven . La bruja no cesaba de echar nuevos ingredientes al caldero, y cuando ya la mezcla estuvo en su punto de cocción, produjo un sonido semejante al de un lamento . Quedó al fin listo el brebaje, el cual era de color verde y entre amarilloso.

- Ahí lo tienes -dijo la sirena de cola desgastada , y  entregándole a el joven príncipe la poción. -Ya yo cumplí , ahora es tu momento de cumplir-

La bruja se acercó al príncipe , cada paso que esta daba hasta el príncipe el joven se ponía más pálido. Agarró la lengua del pelirosa  y sin más con su filosa daga cortó su lengua , con lo que ésta quedó mudo, incapaz de hablar y de cantar.La bruja se alejó del príncipe y depositó la lengua en una concha dorada.

- Si los pólipos te apresan cuando atravieses de nuevo mi bosque -dijo la hechicera-, arrójales una gotas de este elixir y verás cómo sus brazos y dedos caen deshechos en mil pedazos - le dio un pequeño frasco de vidrio con un líquido transparente.

Pero no fue necesario acudir a aquel recurso, pues los pólipos se apartaron aterrorizados al ver el brillante brebaje que el príncipe llevaba en la mano, y que relucía como si fuese una estrella. Así cruzó rápidamente el bosque y el apestoso pantano.

El joven tritón nado hasta cruzar todos los obstáculos, llego a las entrada del gran reino submarino y con gran siguió se acercó al gran palacio real ; en la gran sala de baile habían apagado las antorchas ; seguramente todo el mundo estaría durmiendo. Jimin no se atrevió a entrar al palacio no quería que nadie lo viera así , pues era mudo y quería marcharse de allí para siempre. Al pensar solo en eso su corazón empezó a palpitar  pareciéndole que le iba a reventar de pena.

Antes de marcharse decidió entrar a su cueva secreta , se quedó unos minutos  en el jardín observando cada detalle de este, repiro profundamente  y  remontó a través de las aguas azules su viaje a la superficie.

El sol no había salido aún cuando llegó al palacio del príncipe y se aventuró por la magnífica escalera de mármol. La luna brillaba con una claridad maravillosa. El Joven tritón  ingirió el ardiente y acre filtro y sintió como si una espada de doble filo le atravesara todo el cuerpo; cayó desmayado a los instantes y quedó tendido  en el suelo como si estuviese sin vida .

Al salir el sol volvió en sí; el dolor era intensísimo, pero delante de este se encontraba  al hermoso y joven príncipe, con los negros ojos clavados en el. El joven pelirrosa bajó sus azules orbes  y vio que su cola de pez había desaparecido, sustituida por dos preciosas y blanquísimas piernas, las más lindas que pueda tener un ser humano.