La Quintaesencia II : El príncipe cuervo (G) {Terminada}

A las para volar

- ¿De verdad tienes que irte?,- dijo una Sofía de uno siete años de edad llorando alado de su madre.

Ella ve como su padre cierra sus ojos tratando de buscar las palabras correctas.

- Si, papi tiene que pagar por...

Su padre suspira al mismo tiempo que se acomoda el collar metálico que se encuentran alrededor de su cuello que sirve como un neutralizador de magia por la piedra purpura.

- Lo que hizo,- completo el mirando a la mujer que tiene al frente con una débil sonrisa,- no espero que lo entiendas, ahora, pero es lo correcto.

Sofía se abalanzo para abrazar a su papa con fuerza mientras llora.

- no quiero que te vayas, no me importa si hiciste algo malo yo te quiero aquí conmigo.

Ella siente como su padre suspira nuevamente y separa de ella con cuidado mirándola a los ojos.

- Quiero que jamás olvides lo mucho que te amo y que eres una parte de mi, recuerda cada cosa que te enseñe, incluso las cosa que tu mama me dijo que no te enseñara.

El hombre se limpia las lágrimas mostrando una media sonrisa, Sofía aun suelta lagrimas.

- Prometo enviarte cartas para no perder el contacto.,- el hombre besa la frente de su hija,- prométeme que cuidaras a tu madre, te portaras con su novio, serás buena con tus primos, cuidaras a catalina y trata que Eugenia no te vuelva loca, ¿si?

La niña asiente con su cabeza.

- Buena chica,-dijo el con una sonrisa.

El se pone de pie y mira a la madre de su hija que lo abraza con fuerza

- No me importa lo que digan yo se que eres inocente, no se por que estas haciendo esto o quien intentas proteger...

- Shhh, ya tranquila, no quiero que desmorones delante de nuestra hija, ella te necesita fuerte, recuerda que eres mi mejor amiga.

La mujer asiente con su cabeza ambos se separan, cuando escuchan a uno de los guardias carraspear. .

- Ya me tengo que ir, recuerden que las quiero,- dijo el caminando hacia el guardia que viste una armadura que se acopla a su cuerpo que esta parado a lado de un portal.

- Nosotras a ti,- dijo la mujer cargado a su hija.

- Adiós mi pequeño canario,- dijo el padre despidiéndose con la mano mientras cruza el portal.

La niña abraza a su madre viendo como su padre desapareció por el portal

*****

El pequeño Azrael de unos once años en edad de demonio que equivale a setenta y un años en edad humano, se encuentra entrenado un poco de esgrima junto a su maestro por última vez,

- Estas muy distraído,- dijo el,- estas cometiendo muchos errores.

- Lo siento, - dijo blandiendo su espada de agua contra su maestro que tenia un bastón metálico.

Debes en cuando el miraba a los guardias que se veían nerviosos.

- No lo mires a ellos,- dijo el hombre,- mírame a mi, piensa que estamos solos, Az.

Los ojos de Azrael se cristalizan y suelta la espada que se vuelven un charco.

- No puedo,- dijo el cayendo al suelo,- no quiero que esta sea la ultima vez en que te vea.