- No, en realidad, no...no tengo idea de por qué Eren está aquí...- hizo como que ni idea.
- Armin... - susurró Eren, que sentía como su corazón se hacía añicos en su pecho.
- No es mí culpa que sigas traumado conmigo Eren...
- Maldita sea Jaeger - Reiner lanzó una risita irónica - Nunca puedes dejarme en paz... inclusive cuando tú derrota es inminente.
Eren no escuchaba nada. Era como si el rechazo de Armin hubiera sido un golpe que lo dejo sordo por un momento ¿Por qué? Estaba seguro de que esa última vez, hace dos semanas, había sido algún tipo de señal.
De repente, todo empezó a ocurrir demasiado rápido. Vio como Reiner llamaba a algunos invitados para que lo sacaran de ahí a la fuerza. Entre ellos Mikasa, que lo tomo del brazo derecho y lo empujó amablemente.
- Vamos Eren, basta - le dijo con su conciliador tono de voz - Ellos se aman, no destruyas sus sentimientos...
- Justamente tu...- siseó - ¡Está bien!¡Me ire!¡Pero primero todos van a escuchar lo que tengo que decir!
Todos los invitados inspiraron ruidosamente y contuvieron el aire ante la expectativa.
- Eren...- Armin se estaba desesperando. En el fondo, realmente quería lanzarlo todo a la mierda y largarse con el. Pero sabía que eso le causaría un daño irreversible a Reiner. Se consideró a sí mismo como una ofrenda, sacrificaria todo por la felicidad ajena. El sabía muy bien por todo lo que el rubio había pasado, y no quería ser el que firmase su sentencia de muerte. Por otro lado estaban los invitados ¡Que barbaridad!¿Que iba a decir el primo de Mikasa? Era su jefe después de todo y no quería dejarle una imagen errónea de si mismo.
- ¿Por qué no me escuchaste cuando tuviste que hacerlo? Todo sería tan distinto ahora...- Eren estaba al borde de las lágrimas - Pero no. Cuando volví ya estabas con este imbecil. No me diste ninguna oportunidad.
- No hacía falta... tú te fuiste sin decir nada, Eren - Mikasa interrumpió. A Eren se le inyectó el rostro en sangre por la ira.
- Maldita seas, Mikasa, como te...
- Ya Eren - Jean por fin hablo - Di lo tuyo y larguemonos de este puerco lugar.
- Mí amor...¿En serio vas a ignorar todo lo que pasamos juntos?¿Vas a olvidarte de nosotros así como si nada?
Como un vendaval de imágenes, todas y cada una de las noches, y días, que pasó con Eren inundaron los recuerdos del pequeño rubio. Sacudió la cabeza tratando de ahuyentar los placenteros demonios.
