El final

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Ni bien llego a su casa, Armin fue directo a tomar una ducha. Dejó que su blanco y empapado traje de novio terminara en el suelo a medida que se acercaba al baño. El placer del agua caliente era demasiado tentador y decidió llenar la bañera y quedarse ahí un buen rato.

- Nadie puede tocarme aquí - susurraba mientras se abrazaba a sus rodillas - Nadie me hará daño y yo no lastimaré a nadie.

- ARMIIIIIIN - oyó el sombrío grito que llamaba su nombre.

- Nadie puede lastimarme...eres una alucinación...- se decía mientras la voz de Eren sonaba como un eco en su cabeza.

- ¡ARMIN, POR FAVOR! - pero eso no era un eco. Y los golpes en su puerta sonaban demasiado reales.

Se aferró aún más a su propio cuerpo. No le importaba que después sus nalgas terminaran pareciendo pasas, no saldría a abrirle la puerta a Eren por nada del mundo.

Eren mientras tanto, seguía castigando la puerta con sus puños. Como no recibía respuesta empezó a preocuparse y la borrachera se esfumó de su sistema. Si conocía bien a Armin, sabía que no era suicida, sí dramático, pero jamás pensaría en quitarse la vida. Pero tal vez la culpa, la presión, la tristeza, serían sensaciones demasiado abrumadoras para su noble corazón. Nunca había tenido grandes problemas emocionales, más allá del mismo Eren; el fracaso tan público de su boda debía ser lo peor que le pasaba.

- ¡Armin!¡Si no abres tiraré la maldita puerta! - amenazó con la esperanza de que eso asuste al rubio. Pero lo único que recibió como respuesta fue silencio. La preocupación poco a poco le empezó a dar lugar a la desesperación y se decidió. Tomó impulso y arremetió contra la puerta. La segunda del día. Hace más de un año que no entraba a la casa de Armin, no sabía que había cambiado la disposición de sus muebles y comprado otros. A su aterrizaje al otro lado lo esperaba una mesa ratona. Eren vio en cámara lenta mientras caía como el filoso borde del mueble se acercaba a su cabeza. Sólo sintió un ligero ardor en la frente antes de perder el sentido.

Mientras una inmensa cantidad de sangre brotaba de su frente, imágenes de todos los bellos recuerdos que habían pasado juntos él y Armin invadieron su memoria. Pero todo se iba desvaneciendo, igual que su vida.

Sin saber lo que estaba ocurriendo abajo, Armin decidió que estaba demasiado triste como para seguir. Se hundió lentamente en la bañera y no volvió a abrir los ojos.













Ah re que no xd


Eren sacudió su cabeza para despejarse después de semejante caída.

- La puta madre, Armin - dijo mientras le daba un golpe con saña a la mesita. No le importó la sangre que calentaba su cara, así como estaba, subió las escaleras hasta la habitación, pero estaba vacía - ¿Armin? - miró a su alrededor sintiéndose como un tonto. Ahora el rubio iba a demandarlo por entrar en propiedad privada. Justo cuando iba a disponerse a salir, vio por el rabillo del ojo una prenda blanca al final del pasillo. Era la corbata de Armin, tirada frente al baño. Con miedo, giró el pomo de la puerta y entró. Su corazón se partió en mil pedazos al ver a Armin, tan pequeño e indefenso sentado en medio del agua. Estaba inmóvil y parecía no haberlo oído - ¿Armin? - susurró mientras estiraba una mano. El rubio se sacudió ante el contacto de esa mano fría contra su piel tibia por el vapor.

La Boda (ErenxArmin)Where stories live. Discover now