El sonido del teléfono a medianoche despertó a Eren. Sus padres habían ido a de viaje a visitar a su hermano Zeke, que vivía en Marley, por lo que cada vez que bajaba al living sentía una tremenda soledad. Esa noche, quienes llamaban a casa eran los mismos señores Jaeger.
- ¿Aló?
- ¿Eren? - la voz de su mamá se oía alterada al otro lado de la línea.
- ¿Mamá?¿Que pasa? - había advertido que algo no andaba bien.
- Tu papá...- sollozó - A tu papá le dio un infarto...
- ¿¡QUEEEE!? Estas mintiendo. Tiene que ser una broma.
- ¿Cómo podría bromear con eso? - le grito nerviosa - El...está muy mal Eren.
- ¿Que van a hacer?¿Donde está internado?
- Por lo pronto nos quedaremos el tiempo que sea necesario - su voz se hizo un hilo y volvió a quebrarse - Ay, hijo mío, los médicos dicen que es muy difícil que se recupere pronto.
- Mamá, cálmate. En este momento voy a tomar un vuelo. Después me dices en qué hospital están.
Colgó y fue a preparar una improvisada maleta y salió a buscar un taxi. Su papá. No podía imaginarlo postrado en una miserable cama de hospital. Era un hombre tan activo, tan lleno de vida. Todas las mañanas era él quien iba a despertarlo temprano. Seguía atendiendo a sus pacientes con una vocación sin igual ¿Por qué el?
Seguía enfrascado en sus pensamientos cuando el chófer le indicó que habían llegado al aeropuerto. Pagado el pasaje, fue a comprar el primer boleto que estuviera disponible.
- El proximo vuelo sale en tres horas - le dijo la vendedora.
- ¡Mierda! - antes de perder los estribos pensó que de todas formas el viaje era de unas cuantas horas, no podría hacer demasiado para llegar en los cinco minutos que el pretendía - Lo compro, está bien.
Ni bien lo hizo se dirigió a la sala de espera, quería estar tranquilo, tenía tanto en que pensar...
Armin.
Tomo su celular y marcó el número de su novio en un santiamén.
- Hola, habla Armin. Dejame tu mensaje y te llamaré en cuanto pueda ¡Que estés bien! - era el puto contestador.
- ¡Armin! Mí amor. A mí papá...- casi se quebró - El viejo no está bien, mí madre me avisó...en este momento estoy tomando un vuelo a Marley, me contactaré contigo ni bien pueda ¿Si? Te amo, mucho. Nos hablamos.
No resistió un segundo más. Las lágrimas y los sollozos y lamentos ganaron la lucha por escapar de su interior y hacerse más que presentes frente a todas las personas que lo miraban, algunos con cautela por si estuviera loco, otros con pena.
Mientras marcaba el número de Jean, Eren no se imaginó fue que por esa molesta costumbre que a veces tiene la vida, el mensaje no se grabó y Armin nunca pudo escucharlo.
...
- ¡No encuentro a Eren y no me contesta el celular! - Armin lloraba desesperado - ¡Estoy yendo ya mismo a hacer la denuncia a la policía!
- ¡Armin espera! - Mikasa trataba de seguirle el paso al rubio - ¡No lo buscamos bien! Además no podemos reportar una desaparición tan pronto...tal vez sigue dormido...
- ¿Y que sugieres? Yo no puedo quedarme con los brazos cruzados ¡Vaya Dios a saber dónde está!¿Tendrá hambre?¿Frío?
- Tal vez deberíamos preguntarle a Jean...
Armin se detuvo y volteo con violencia hacia Mikasa.
- ¿Es broma verdad?¿Quieres ir a ver a Jean mientras mí novio está desaparecido?
- No es que quiera verlo - Mikasa trataba de ocultar sus verdaderas intenciones, pero tenía un buen punto - Recuerda que el y Eren son mejores amigos, tal vez sepa algo. Tal vez este en su casa.
El rubio ladeó un poco la cabeza. Tenía razón, quizás Jean era el camino más eficiente hacia su desaparecido novio.
- ¿Eren? - pregunto confundido Jean, abrazando con sobrada pasion a su nueva conquista, una rubia llamada Annie.
Mikasa puso los ojos en blanco cuando la vio. No es que le importara mucho, pero esas actitudes infantiles que a veces tenía el de las facciones equinas le sacaban de juicio.
- ¿Que sucede con el llorón? - la presencia de Annie había tenido el efecto deseado.
- Está desaparecido - informó Armin, lo que ocasionó una sonora carcajada de parte de Jean.
- ¿Tu novio no te dice lo que le sucede o que? - dijo secándose las lágrimas y haciendo un esfuerzo por respirar.
- ¿Que quieres decir?
- Dios, no debería reírme de eso. Armin ¿de veras no te comento nada? - el rubio negó con la cabeza - Está en Marley.
- ¿QUEEEEEE? - saltaron los dos amigos al unísono.
- Su padre tuvo un infarto, está internado...¿en serio no se comunicó contigo? - el castaño empezó a preocuparse.
Armin sintió una oleada masiva de sentimientos y no pudo decidirse por uno. Al final, la tristeza ganó la contienda. Su amado había elegido compartir un momento tan delicado con su mejor amigo y no con él, su compañero de vida. Se levantó lentamente y camino hacia la puerta. Mikasa lo siguió.
- Perdón por la molestia Jean - dijo con lágrimas en los ojos - Annie, un gusto.
- ¡Armin! - Jean se sintio culpable - De seguro ya hablara contigo.
- Seguro.
